No
es infrecuente que en las artes, y en todos los aspectos de la vida, aparezcan
productos que son universalmente considerados como de dudosa calidad, pero que
consiguen éxito masivo, incluso a nivel mundial, y que producen los igualmente
no infrecuentes cuestionamientos de por qué pasó algo así. Usualmente su
destino es ser rápidamente devorados por el olvido de este mundo actual regido
por la inmediatez, salvo algunas excepciones que se escapan de la regla solo
para confirmarla. Pero paralelamente a eso, también se da el caso
diametralmente inverso: gente que realiza un trabajo de gran calidad, pero que
por distintos motivos, a veces incluso decisiones personales de que así sea, no
consiguen llegar a públicos masivos, a grandes audiencias y dejan la sensación
de que no existe una correlación apropiada entre el buen trabajo y la respuesta
al mismo. Uno de esos casos podría ser A SANGRE FRÍA, que con una trayectoria
que comienza por el año 2002, y con ya dos discos editados de manera
independiente antes de la aparición del presente material, se muestran como una
banda con un sonido depurado, claro y ya definido, con una impronta distintiva
más que presente en su obra y que dan la sensación de que su material debiese
tener un público más masivo del que pueda tener actualmente. Luego de la
escucha de su más reciente material, aquella sensación solo se intensifica.
“SI
AÚN PUEDES RESPIRAR” es el tercer disco de la banda y a estas alturas se nota
que nadie está improvisando, que se sabe bien lo que se está haciendo y que el
sonido buscado es el que finalmente se consigue en la mezcla final. En nueve
canciones, el disco fluye acelerado, colorido y pulcro en la ejecución, tal y
como se puede ver en sus dos discos anteriores, “”DISPAROS” (2008) y “DONDE
HABITA EL OLVIDO” (2011), pero llevando la fórmula a un estado todavía
superior. Porque decir que A SANGRE FRÍA hace punk rock sería ser injusto y
simplificar demasiado lo que ofrece en su sonido. Así, en el material, se
permean las influencias de los músicos que van, en efecto, desde el punk rock
más clásico, pero también recogiendo al de otros géneros llegando incluso a
percibirse ciertas trazas de metal o rock más clásico. Sin embargo, ahí está
una de los grandes aciertos del disco: suena a A SANGRE FRÍA, con los elementos
ya reconocibles de la banda y que venían cimentando en los trabajos anteriores.
El recurrente uso del pedal de ataque en la guitarra, las estructuras de
acordes, ciertos juegos vocales y la apropiadísima voz principal son marcas
registradas que se aplican en cada uno de los tracks haciendo que suenen de una
manera reconocible y, lo mejor, en donde cada canción parece ser un universo
independiente, con ansias de transcendencia y vocación de himno. En algunos
casos resulta mejor que en otros, pero la idea está.
El
disco abre con la potente “Dónde está?” que marca la pauta sobre cómo fluirá
todo el ejercicio. Con una potente base rítmica de batería y bajo sobre la cual
los juegos de guitarras construyen la línea melódica que terminan de coronar
las voces, con letras que hablan sobre lo existencial y el amor, pero sin dejar
fuera sentimientos como la rabia y la rebeldía, que son los grandes
acercamientos que tiene la banda con el punk. Otros puntos altos los
constituyen la brillante “Con reproches” que avanza como un compacto bloque
sonoro que aplasta lo que se le cruce, “Próxima estación” que aporta cierta
cuota de dramatismo, necesario por cierto, “Desapareces”, una de las canciones
en donde mejor se aprecia el sonido propio de la banda, y “En mi ataúd” que con
una letra que se mueve entre el desencanto y la resiliencia, aporta con
quiebres y matices en canciones que suelen avanzar todas en un tempo más o
menos parejo. En menos de media hora, “SI AÚN PUEDES RESPIRAR” se oye fluido y
bien pensado, con un apropiado orden en las canciones y parejo en todo sentido,
siendo tal vez uno de los pocos defectos del material, solo por hacer el
ejercicio de buscárselos, la manera en que suena la caja de la batería, aunque
eso podría ser hilar demasiado fino y, además, es más un tema propio de la
mezcla y post producción y en caso alguno obedece a un defecto compositivo o
interpretativo de los músicos.
A
SANGRE FRÍA sigue firme en sus convicciones respecto a cómo quieren los músicos
integrantes que suenen sus canciones. Siguen operando bajo la misma ecuación y
eso hace que su sonido pueda identificarse, sobre todo si se hace el ejercicio
de retrospección hacia sus anteriores trabajos, pero tampoco se han quedado
solo en eso y han ido puliendo y mejorando aquello que ya hacían bien para
entregar el que hasta ahora es su mejor material. Si la tendencia se mantiene,
los siguientes trabajos que la banda pueda registrar se erigen solo como
auspiciosos augurios de una agrupación que debiese tener una acogida mucho
mayor de la que hasta el momento ha tenido. Naturalmente, no forzando al
público a escuchar cierta música sólo porque es chilena mediante leyes que
fuerzan la programación radial, pero sí invitando a fijarse en trabajos como
estos. Si de algo sirve la presente reseña y genera interés, la invitación está
hecha.
Perfil de bandcamp de la banda
Sitio de reseñas de discos para dar a conocer todo ese material musical que se mueve bajo la cáscara de los mismos de siempre.Por Andrés Valenzuela. Comentarios y envío de material a andresvalenzuelaprof@gmail.com
domingo, 27 de diciembre de 2015
martes, 22 de diciembre de 2015
Paranoia - Plansantiago (2015)
PARAONIA
es un nombre de cierto peso específico dentro de la escena punk rock chilena
que remonta sus sonidos a la primera mitad de la década del dos mil. Su sonido
acelerado, ramonesco aunque con ciertas vetas melódicas, sus interesantes juegos
de guitarra y unas armonías vocales características hacen que posea una especie
de marca distintiva que les ha hecho acreedores del mencionado renombre en los
círculos under y que por tanto vuelve aún más interesante el hecho de recibir
un nuevo material de la banda. Sobre todo porque PARANOIA no es una banda de la
que resulte fácil encontrar material, incluso en el océano de contenidos que
desde hace ya varios años se ha transformado internet. Basta con realizar un
par de búsquedas y las respuestas que se pueden encontrar serán muchos links de
descarga rotos y escasas referencias a tocatas de hace ya varios años atrás.
Por eso, recibir algo nuevo de PARANOIA es algo, en particular, atractivo.
“PLANSANTIAGO”
es el nombre del breve material compuesto de cuatro canciones más un track final
de un registro en directo que, desde la sola mención a su título ya deja
entrever un poco las características de las canciones y los conceptos tras las
mismas. Porque se trata de piezas breves, potentes, directas y con temáticas
sencillas y cotidianas, pero no por eso menos relevantes. O terribles. Porque
lo primero que cabe comentar sobre la placa es su primera pista, la que da el
título al material. “Plansantiago” es una canción con una temática que
inicialmente se muestra como evidente, el desastroso sistema de transporte
público de Santiago de Chile, pero que luego comienza a evolucionar y a abarcar
más temas y hacerse más amplio en su alcance hasta llegar a hacerse preguntar
al protagonista de la sufrida letra qué de todo lo terrible que sucede
actualmente es lo que le genera “ganas de matar”. La obra es un ataque directo
a la clase política, representada en particular por la figura de la actual
presidenta, algunos de sus ministros e incluso su hijo que fue protagonista de
un bullado escándalo aun no aclarado y que todavía tiene repercusiones, pero a
la vez es una declaración de principios del ciudadano de a pie que ve con
frustración cómo la vida se le va, nada puede hacer para evitarlo y los
responsables los tiene bien identificados, pero se ven lejanos e impunes, todo
con el “Chile, la alegría ya viene” que todo el mundo conoce bien, como un
deformado telón de fondo. Una joya.
Las
demás canciones del material, “Como quiero”, “Deicidio” y “Maestría”, siguen
más o menos el hilo de la canción principal, no desentonan en el estilo mismo
de PARANOIA ni tampoco son en realidad un bajón de calidad con respecto a cómo
inicia la placa. Sin embargo, este es tal vez el principal punto flaco del
disco: no queda claro si es un Extended Play (EP), un single con más material
de soporte que el de costumbre o un mero adelanto de canciones sin una ilación
concreta. Porque luego que transcurren las cuatro pistas, aparece la quinta
canción con el registro en directo y la orientación en la que iba el trabajo,
de haber existido, se pierde. No es que sea un mal registro, la calidad es
aceptable y como tal funciona, pero no se comprende la decisión de incluirlo,
mucho menos luego de las primeras cuatro canciones de estudio que sonaban más
que prometedoras. Puede haber habido, tal vez, cierto apresuramiento a mostrar
material nuevo y no esperar a registrar el suficiente como para poder hablar de
un disco propiamente tal, o la idea puede haber sido mostrar lo que se tenía a
mano y esto era todo lo que había. Al momento de estarse escribiendo esta
reseña no se cuenta con dicha información y solo se puede dar una opinión luego
de su escucha: material que iba bien encaminado, pero a medio camino, nunca
mejor dicho, quedó truncado y dejando cierta sensación de confusión sobre lo
que se quiso hacer.
Sin
embargo, más allá de lo anteriormente expuesto, y tal vez sería bueno conocer qué
tiene que decir la banda al respecto, PARANOIA sigue sonando a lo que tiene
acostumbrado: canciones simples, rápidas, pegajosas, pero que tienen la
capacidad de brillar e incluso trascender, siendo las mejores evidencias de una
banda con un sonido propio, con una confianza suficientemente afianzada para
mantenerlo en el tiempo y para dejar entrever que la evidente influencia de la
escena argentina de los noventas se percibe, pero la banda solo bebe de ella y
no se limita a replicarla. En cambio, aporta de lo suyo y reinventa los
presupuestos para ponerlos a su favor. Es en eso donde radica la presencia de
una banda hecha y derecha, madura y que está para seguir mostrando grandes
cosas.
miércoles, 14 de octubre de 2015
Miguelitos – Cristo viene, apreten cuea (2012)
Como
se repite hasta el cansancio, una de las grandes formas de lograr cosas en
el arte es conseguir dar con un estilo propio y característico. Es algo que
requiere tiempo, trabajo y esfuerzo. Si se habla de música, implica horas y
horas de ensayo en búsqueda de pulir el diamante en bruto que muchas veces se
tiene entre las manos y que no consigue hacerse sonar de manera única y
reconocible. No es, por tanto, algo sencillo. Por eso es tan meritorio, y singular,
el caso de MIGUELITOS, banda de punk rock de Santiago de Chile, sobre todo en
un género en que cuesta innovar realmente. Porque ya desde su primer disco
“TERCER MUNDO” lanzado el año 2009 consiguieron sonar única y exclusivamente
como suena MIGUELITOS. Combinación de varios factores, pero principalmente el
talento de los músicos. Una voz característica con un fraseo muy propio, punk
rock pesado y la incorporación de ciertas vetas stoner hicieron de aquel debut discográfico una placa que aparte de
derrochar calidad y excelente sonido, los desmarcaba de todo lo demás que podía
estar sonando entonces. Un par de años después, y luego de sacar un breve
trabajo en directo titulado “SANGRE CAÓTICA I” el 2011, vuelven el 2012 con
“CRISTO VIENE, APRETEN CUEA”, su última producción de estudio a la fecha, que
con un burlesco título viene simplemente a capitalizar el original sonido que
la banda ya había creado con su primera placa. Ahora, eso no quiere decir que
sea más de lo mismo y está ahí el verdadero mérito del presente trabajo.
El
disco abre con la reversión a la conocida canción “Yo quería ser mayor”,
original de Roque Narvaja, detestada por muchos, pero que en manos de
MIGUELITOS toma otra significación y alcance en clave de punk rock. Un
apropiadísimo comienzo para un disco que si bien repite la fórmula del debut,
también está lleno de matices, cambios de ritmo y quiebres haciendo que el registro fluya sin aburrir, riesgo en el que se puede caer si se insiste demasiado
en la misma fórmula. Y la banda ofrece canciones para todos los gustos. En “Sé
cómo perder el tiempo” demuestran que pueden comenzar un tema con un sonido más
cercano al stoner que al punk y luego transformarlo en una canción saltarina y
casi rapeada sin que deje de sonar como MIGUELITOS. Crítica social directa
puede verse en “Niño y patria”, una acelerada canción que plasma lo que sucede en un país que vive mirándose el ombligo y comparándose con la OCDE pero donde
muchos niños sufren en la calle. “Últimas tonteras” hace alusión a cierto medio
de comunicación que contribuye a la frivolización de los contenidos en los
medios para aumentar la desinformación y mantener así a la gente sumisa. “Chacalísimo”
es la mixtura perfecta entre punk y stoner y la banda hasta se da el gusto de
levantar la bandera del uso de la bicicleta con “Furioso ciclista”. Como queda
de manifiesto, la banda no tiene problemas en saltar de un ritmo a otro y
pasearse por diversos temas de la contingencia haciendo del disco una mixtura
de distintas cosas aliñadas con el ingrediente MIGUELITOS que le da unidad a
todo.
El
disco cierra con “Por la boca muere el pez”, tal vez la canción que más se
desmarca de las demás porque suena oscura, pesada, con una letra ácida, aunque
hacia el final la banda vuelve a pisar el acelerador siendo un forma efectiva y
correcta de cerrar el disco. Sin embargo, el punto más alto de la placa es por
lejos el corte promocional. “Ahora” es una canción que aparte de ser la mejor
muestra de lo que ha terminado siendo el sonido MIGUELITOS, es una pieza simplemente
genial. Con la velocidad apropiada, un coro memorable, una letra que no puede
ser más atingente, un solo de guitarra colocado justo y precisamente donde
debía ir, se erige como una excelente demostración, primero de cómo se hace
buen rock and roll, y además hacia adonde está apuntando el sonido de la banda.
Se aprecia a un conjunto afiatado, empoderado y que se la cree. Aquello permea
los acordes del tema y contribuyen a buena parte de su fuerza.
Este
2015 MIGUELITOS sacó una nueva producción en directo titulada “SANGRE CAÓTICA
II” que incluye un CD y un DVD de una presentación de la banda en la sala SCD
de Bellavista, siendo un trabajo de excelente factura técnica y musical. Sin
embargo, su último disco de estudio con temas originales ya data del 2012. Dada
la inmensa calidad del mismo y lo bien encaminada que suena la banda, sería más
que apropiado conocer qué dirección tomará la banda de aquí al futuro. En todo
caso, por lo mostrado en “CRISTO VIENE, APRETEN CUEA” es posible especular con
que serán solo decisiones acertadas.
viernes, 9 de octubre de 2015
Aroldo de Souza - Dinamitar y seguir (2015)
Por P
Las comparaciones son inevitables,
y esta no será la excepción… Dinamitar y Seguir de Aroldo de Souza bien podría
ser parte de la siguiente placa de Jirafa Ardiendo si es que hubiesen seguido.
Lo cual no es malo, de hecho se presenta como un buen ejemplo de evolución
musical y compositiva de los músicos de una banda que tuvo sus buenos momentos.
En lo que más se parecen (y en mi caso agradezco) es en esa mezcla de
elementos tomados de distintas corrientes. En el tema se identifican, sobre una
base pop, muchos elementos de psocodelia, algo de jazz y hasta un poco de noise
en las guitarras ruidosas que van llenando los espacios que inevitablemente se
generan entre cada una de las pistas en la verdadera experiencia auditiva en
que se convierte esta canción.
Y a pesar de todos estos
elementos, la canción es etérea… flotante… Como para cargarla en el reproductor
de música y salir a deslizarse sin rumbo entre medio de la gente un día de
invierno a punto de llover, separado del suelo…Y eso es difícil… No la parte de
caminar entre medio de la gente, eso es lo fácil, sino que hacer que una
canción tan llena de sonidos suene como suena ésta y no sobrecargada y
empalagosa (los que saben de cocina concordarán conmigo en que la respuesta al
qué? Cuánto? Cuándo?Cómo?,puede marcar la diferencia entre hacer pan y hacer
engrudo, por ejemplo)… Y cómo no iba a ser así, si en la masterización
intervino Max Scena, que ha trabajado con Soda Stereo, Massacre, Los Pericos, etc.
Bueno, eso también hace que la mano argentina se note.
Desde el punto de vista de la
composición no tengo mucho que decir, menos de la calidad de la interpretación…
Son profesionales, experimentados y se nota. Tanto Alejandro Pino (voz y
letras), y Manuel Mendez (Música y producción), tienen por lo menos 15 años de
trabajo previo. Y no son aficionados en esto de hacer canciones matizadas.
Estructuralmente es lenta, no
leeeenta, pero sí lenta. En cualquier caso no le viene otro tempo (parte
importante de esa sensación de estar flotando viene de eso). Una guitarra
repetitiva en un arpegio disonante durante las estrofas le da un aire casi
crepuscular, como si ese día de invierno fuera particulamente oscuro, aunque
sin que necesariamente por la hora del día, y tampoco por el estado de ánimo.
El coro sigue en la línea
incorporando, en todo caso, más y nuevas texturas musicales, lo cual aporta
para llegar al clímax. Punto aparte merece, al respecto, lo inteligentemente
bien construido de ese aspecto, ya que de lo contrario el tema sería algo mucho
más plano y por lo tanto aburrido.
Otro aspecto que llama la
atención es el uso casi instrumental de la voz
y la letra de la canción. Para gente que a la que gusta de escuchar
letras le resultará un poco chocante, ya que hay que acostumbrarse a la armonía
coral, a la pronunciación y al tono para entenderla, pero a otros no. En lo
particular me gusta el efecto, creo que hacer más clara la letra le quitaría
esa sensación etérea que tanto me gustó.
La canción se me presentó como
una buena oportunidad, primero, de conocer una banda ya extinta, que tuvo sus
buenos momentos y que en mi caso tuvo el buen tino de experimentar e innovar en
un estilo que, para mi gusto tiende a ser monótono y que me cansa rápido al
sonar todo más o menos parecido, mezclando elementos de distintos estilos
musicales, y segundo, de poner en mi radar a esta banda que, más que romper y
“dinamitar” lo que venía haciendo, lo evoluciona y lo pasa a otro nivel,
echándolo a flotar.
Descarga la canción aquí.
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miércoles, 7 de octubre de 2015
Maten al Jefe – Básico (2015)
La
propuesta de MATEN AL JEFE en su EP “BÁSICO” es un claro ejemplo de que muchas
veces no quedarse en la fórmula básica y extremarla a ver si da un poco más,
muchas veces en detalles, trae como resultado un trabajo todavía mucho mejor.
Se menciona esto porque la propuesta musical de esta banda oriunda de Melipilla
no hace nada nuevo: punk rock a la medida de Disidencia, Segismundo Toxicómano
y otros exponentes similares del sonido ibérico de la segunda mitad de los 90s
y los 2000s, con abundantes juegos de guitarra, armonías melódicas y baterías
usualmente aceleradas. Sin embargo, los locales no se quedan sólo en emular la
fórmula sino que además ponen de su cosecha para sacar del horno un EP de cinco
canciones pegajosas, de buena factura, con letras ingeniosas y que resulta un
agrado escuchar.
La
placa se abre con “Tal vez”, un tema que ostenta la parte más pesada de todo el
trabajo, con secciones casi cercanas al metal durante las estrofas, y que se
suelta en un coro potente, con una letra de un ser perdido en la vida que se
cuestiona algunas cosas. Le sigue “Soldado”, una acelerada pieza de punk rock,
con un interesante trabajo de guitarra, cosa característica de todo el disco, y
que habla de otro pobre ser que tiene que enfrentarse a la violencia de la vida
en las urbes modernas. “Muerto Vivo” suena un poco más marchosa y menos
acelerada, un interesante cambio de ritmo en la mitad del trabajo, que cuenta
la trágica historia, nuevamente, de un ser abandonado a tal punto que “San
Pedro se hizo el loco” con él como versa la letra y que incluye un apropiado
solo de slide guitar que le aporta
mucha frescura a la canción. Es sólo un detalle, pero el incluirlo hace que la
canción gane muchísimo.
“Niño
de bien” trae la velocidad de regreso al sonido y la letra divaga sobre lo
difícil que resulta comportarse y tratar de dar con el perfil esperado a
alguien con una tendencia más bien a la dispersión y las conductas erráticas.
Cierra el trabajo “Fackin Ched” con una potente crítica a la gente que tiene la
tendencia a admirar lo que viene de Europa y no valora su propia cultura y
olvida sus orígenes. Interesante la idea, sin embargo es en esta canción donde
está el punto bajo del disco: las voces que hacen los coros suenan desafinadas
respecto al resto de la música. Si bien es un detalle, llama la atención en un
disco que en general está muy bien interpretado.
“BÁSICO”
resulta un disco entretenido de oír y que a pesar de que no dura ni quince
minutos, tiene cuerpo, sustancia y energía por montones, haciéndolo un material
ideal para escuchar aplanando calles. El sonido de MATEN AL JEFE es interesante
y dentro del estado actual de la escena punk local, deberían destacar tanto por
la actitud plasmada en las letras como por su calidad musical indesmentible. Al
menos el talento está.
lunes, 5 de octubre de 2015
Los Desechados – Orgullo Maldito de Guerra (2014)
Se
ha dicho hasta la saciedad en estas líneas que lo ideal para alguien que hace
música, y cualquier arte en general, es conseguir un sonido característico que
haga que la obra propia sea reconocible aún a pesar de percibirse las
influencias de otros en la misma. Aquello venían dibujando ya desde “La Danza
de los Marginados”, su primer disco del año 2010, LOS DESECHADOS, banda de punk
rock oriunda de la ciudad de Copiapó, Chile, que a través de sus guitarras
aceleradas y canciones cargada de potencia venían definiendo ya lo que termina
por decantar en su sonido actual plasmado en el disco “ORGULLO MALDITO DE
GUERRA” que vio la luz el 2014 y que los tiene sonando de la manera que lo
hacen ahora. Lo curioso es que en su material anterior las canciones son todas
muy parecidas entre sí, pero no se percibe totalmente una identidad y un sonido
característico. En “ORGULLO MALDITO DE GUERRA”, en cambio, hay quiebres y
matices, pero todos parecen obedecer a una idea musical única que tiñe toda la
placa con un aire particular.
El
disco abre “Intro”, un semi instrumental que ya sienta las bases de lo que será
el nuevo trabajo de la banda. Y es que la virtud central de su sonido, sembrada
en su primer material y cosechada en el presente, está en saber amalgamar el
sonido del punk rock setentero británico tradicional y el del punk ibérico de
los ochentas, principales pivotes que la escena local de punk rock local suele recoger
como influencia. Lo que hacen LOS DESECHADOS es tomar ambas vertientes y
redefinirlas en un sonido a la medida de ell@s mism@s. Puede apreciarse en la
sentida “Cristales Rotos”, en la burlesca “Paxanga Obrera” que dice unas
cuantas verdades sobre la vida de la clase trabajadora, en “Puta Realidad” y
sobre todo en “Tukarpaka”, una canción en donde hay un apropiadísimo relevo a
la voz cantante principal y que podría tomarse como la tarjeta de presentación
de la banda. Si hay una manera de mostrar cómo es el sonido de LOS DESECHADOS
es con este corte. Una maravillosa pieza de punk rock y actitud, pegajosa y con
pasta de sencillo promocional.
Sin
embargo, como se reparaba, el disco es rico en quiebres y matices tanto de
sonoridad como de ritmo. “Vertedero”, canción que dispara directo contra el
Vaticano y el fanatismo religioso, tiene un inicio lento, oscuro, casi
arrastrado, que repentinamente una acelerada línea de bajo es la encargada de
acelerar. Una pieza que sumerge a la banda en otras sonoridades pero que a la
vez reafirma la idea de un sonido propio en donde esto también forma parte del
mismo. “No U.S.A”, canción cuya temática resulta fácil adivinar, también suena
innovadora por el espiral riff con el que comienza y la forma en la que está
construida la pirámide de guitarras que van armando la pieza. Sin embargo, es
la canción que cierra el disco donde se ve de mejor manera el avance y
crecimiento de la banda. “Carta suicida” es un tema oscuro, con unas letras que
recuerdan al BBS Paranoicos de la época del “Fábricas Mágicas”, de ritmo
acelerado y que exuda angustia. Es aquí donde el tándem de guitarras muestra
sus momentos más brillantes y que van pavimentando el camino hacia el clímax de
la canción en donde entran los juegos de voces consiguiendo un crescendo
sencillamente espectacular y dramático que finalmente termina por desvanecerse
en un fadeout que se pierde en el
viento. Memorable.
En
cerca de treinta minutos y doce canciones, diez propias y dos referidas a la
banda Acércate Muerto, LOS DESECHADOS demuestran que ni la distancia con la
capital ni las dificultades que muchas veces coloca ser parte de la escena
under son impedimento para hacer un trabajo serio y bien planteado. Una
recurrente discusión en el mundo del punk rock gira en torno a si importa o no
sonar bien. Muchos creen que no. Que la desprolijidad es parte del asunto. Sin
embargo, muchas veces esa desprolijidad no es un manifiesto de algo, no forma
parte del ideario y no se dice nada con ella, sino que simplemente obedece a
mediocridad. Prueba de ello son trabajos como estos que, de manera completamente
autogestionada, salen a luchar de igual a igual en términos de calidad musical
y sonora con otros proyectos financiados por entes externos. El resultado salta
a la vista. Se puede estar fuera del sistema y a la vez hacer las cosas bien.
Gracias a LOS DESECHADOS y su maldito orgullo de guerra por recordárnoslo.
Descarga el disco aquí.
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viernes, 2 de octubre de 2015
Los Makana – Callejones (2015)
Las
influencias son algo natural al momento de hacer música y cualquier forma de
arte. Es un hecho que, sobre todo cuando se está comenzando, suelen ser los
referentes el método de inspiración para crear las primeras obras y luego,
ojalá, encontrar un estilo propio. Lo complicado del proceso es que siempre
está el riesgo de dejarse estar demasiado y finalmente terminar sonando como
una copia. Afortunadamente, no es lo que sucede con LOS MAKANA, banda local que
este año lanza su segundo disco “CALLEJONES”, que se autodefinen como una banda
de hard rock con influencias de otros géneros. Y las influencias están y se
nota a lo largo de todo el material. Está todo: puede percibirse a Led
Zeppelin, AC/DC, trazas de glam rock a lo Poison, algo del sonido de La Renga, dejos
a Ugly Kid Joe y sobre todo Guns and Roses, tanto el de “Appetite for
Destruction” como el de “Use your Ilusion”. Sin embargo, la banda suena
empoderada y consigue darle un sello propio a uno de los géneros más referidos
y practicados como lo es el rock puro y duro.
La
placa abre con “Nada nos detiene”, una canción que huele, hiede y hasta apesta
a AC/DC, pero que aún así tiene los suficientes méritos para desmarcarse y
trazar su propio camino. Apropiado inicio, con una letra cargada de entusiasmo
ante la vida cosa que es una tónica en toda la placa, para casi cuarenta
minutos de rock energético y de buena factura, que entretiene, gusta y mantiene
al auditor con ganas de más. Ayuda en esto el que la banda no se amarra a un
único tipo de ritmo, tentación en la que resulta fácil caer cuando se hace este
tipo de música, y las distintas canciones van pasando a distintas velocidades
lo que le agrega una riqueza que sólo hace más atractivo el trabajo. A la ya
mencionada “Nada nos detiene” en clave de rock de manual se suman piezas como
“Dejar de pensar” con un ritmo más saltarín y que recuerda en cierta forma a
The Black Crowes, “Días” que incluso rememora de manera lejana a las cosas más
luminosas del rock de los noventas y con una letra que apunta a la parranda sin
fin, qué cosa más recurrente en el género, o “Que me lleve el tren” que pisa el
acelerador y cierra el material con una pieza ideal para seguir el ritmo con el
pie y que recuerda en cierta forma a clásicos de glitter glam como podría serlo
un “Ballroom Blitz”. Y como no podía faltar, también hay momentos para ponerse
algo más acústicos y melancólicos con canciones como “En el olvido” y “Fin de
mes”, aunque esta última en menor medida. Es esta riqueza de estilos y formas
la que hace “CALLEJONES” un disco que escapa de la monotonía que puede darse si
no se sabe reinventar bien del género.
En
el aspecto técnico el material es impecable. Destaca el nivel de producción
empleado en la grabación y mezcla del disco que hace que suene equilibrado y en
su justo punto, pero también la calidad interpretativa de los músicos. La voz
es agradable y delicada, pero a la vez potente y con la fuerza apropiada, cosa
que contribuye a darle un sello propio a las canciones. Además, destaca el
trabajo de las guitarras que aportan riffs y solos que solo enriquecen el
resultado final. Se trata de un disco bien pensado, correctamente ejecutado y
apropiadamente ordenado ya que mantiene la fuerza de principio a fin, no tiene
puntos muertos y fluye de manera natural.
“CALLEJONES”
es el segundo disco de LOS MAKANA que sucede a “AL HUESO” del año 2013 y no ha
sido sino mejorar el buen trabajo que ya venían mostrando en dicha placa. Se
aprecia una banda afiatada, que se siente cómoda en lo que hace y que ofrece
una proyección favorable para hacerse un nombre entre los variados proyectos
del género que existen en la escena local. “CALLEJONES” es un disco que
cualquier amante del rock debería escuchar y uno al que los no tan asiduos a
dicho estilo podrían acercarse sin temor a salir decepcionados luego de su
escucha.
jueves, 1 de octubre de 2015
Sin Lencería – Entre Medias y Bocas (2013)
Una
de las cosas importantes cuando se hace lo que sea es tener clara la dirección
en la que se va. Aquello, además de simplificar de sobremanera el proceso, hace
que el resultado final siempre tenga ese plus que entrega el empoderamiento de
saber qué es lo que se quiere hacer, cómo se quiere hacerlo y que determina que
la manera en que finalmente se hace sea la apropiada. Aplica a la composición
de una sinfonía o a “ENTRE MEDIAS Y BOCAS”, primer demo de esta banda de tres
mujeres músicos de Santiago de Chile como lo es SIN LENCERÍA que viene en
funcionamiento desde fines de 2011 y que luego de algunos ajustes y cambios en
la formación, finalmente se han afianzado finalmente como una banda de punk
rock femenino a la medida de Babes in Toyland, Lunachicks y similares
referentes. Y si bien la banda tiene una existencia relativamente breve, en ese
poco tiempo han sabido canalizar sus energías de una manera clara y decidida y
resulta de manifiesto que cuando las tres músicos se cuelgan los instrumentos,
saben lo que quieren lograr.
La
banda opta por un estilo musical filoso y acelerado en clave de punk rock
ruidoso, aunque también con guiños a los noventas y el riot grrrl y ciertas
vetas de sonido garaje y en apenas cinco canciones dejan clara tanto su
declaración de principios a través de letras directas pero libres tanto de
cursilería como de vulgaridad, lo que potencia y amplifica todavía más el
mensaje que quiere ser entregado, como su propuesta en lo musical. Las temáticas
feministas están presentes a lo largo de todo el trabajo y quedan de manifiesto
ya desde la primera canción, “Ándate a la mierda”, una potente bandera erigida
desde el orgullo de no ser la cualquiera de nadie para luego mandar al
espécimen de turno adonde enfáticamente menciona el título de la canción.
Aunque también hay espacio para el amor, y más específicamente sexo, como puede
apreciarse en “Revolcarme” donde hay una sincera y directa declaración hacia
otra persona, aunque apropiada e inteligentemente desprovista de contenido
heteronormativo, dejando el asunto en simple deseo, lo que la hace desmarcarse
de canciones que pueden hablar lo mismo evitando así lugares comunes. Punto
para la banda por eso. La rabia y la indiferencia también se tocan en “No me
importa”, la canción que está más cercana a un punk rock más de manual, casi
ramonero, pero que tampoco se desprende de los atavíos noventeros y propios del
ya mencionado movimiento riot grrrl. Y no es que eso sea un defecto ya que le
da un sabor a trabajo autoral, propio y reconocible, cosa que tratándose de el
primer demo de una banda con apenas cinco años no es menor.
El
punto más alto de la placa es “Plástica”, un verdadero estandarte de lucha en
contra del machismo, el patriarcado y la cosificación del cuerpo de la mujer, problemas
tan vigentes como pasados por alto por muchos a los que esto les conviene que
sea así. El ritmo de la canción, más arrastrado y lánguido pero apropiadísimo
para la temática, exuda rabia y carga todavía más el aura de la canción que
revienta en un coro absolutamente memorable, digno de gritarse a todo pulmón, y
que opera igualmente como crítica al estado actual de cosas que beneficia a los
hombres, pero también a las mujeres que han sido cómplices de que esto haya
terminado así. El único pero, y esto puede ser un tema opinable, es el solo de
guitarra disonante que se incorpora hacia el final de la pieza. Por el tipo de
música que realiza la banda, algo así resulta coherente, pero en cierta rompe
la emotividad del momento. La última canción, “Paco”, tampoco resulta tan
convincente por la manera en que es planteada la protesta. Y no es que la
canción sea mala, pero habiendo escuchado el resto de la placa queda claro que
la banda puede dar mucho más.
En
tan sólo once minutos y fracción SIN LENCERÍA muestra sus credenciales y en
cierta forma sorprende con una propuesta que de novedoso no tiene nada, ¿qué es
novedoso a estas alturas?, pero que sabe ponerle su propio sello autoral a algo
que se viene haciendo hace mucho y por mucha gente. Las músicos no son ningunas
virtuosas, pero no necesitan serlo ya que la propuesta musical planteada se
satisface absolutamente con lo ofrecido y, mención necesaria, las voces de
quienes se encargan de cantar no podrían ser más apropiadas para el estilo
musical. “ENTRE MEDIAS Y BOCAS” sin duda es un interesante entremés del trabajo
de SIN LENCERÍA y deja abierto el apetito para todo lo demás que puedan
ofrecer.
miércoles, 30 de septiembre de 2015
Resistencia Multi-Drogas – Personajes Olvidados (2015)
El
tema de las etiquetas en géneros es complicado en la música y la verdad sea
dicha, es complicado incluso fuera de la misma. Poder definir bajo qué bandera
se puede ubicar determinado artefacto o pieza de arte, suele ser problemático y
en muchos casos llegar a coartar la creatividad o a mutilar las diversas
creaciones debido a que alguien dijo que las cosas no tenían que ser así. Sin
embargo, también pueden producir el problema desde dentro, en donde sea el
mismo artista el que no tenga claro qué es lo que quiere hacer. Algo así es lo
que sucede con “PERSONAJES OLVIDADOS”, este primer demo de la banda local
RESISTENCIA MULTI-DROGAS que si bien tiene momentos interesantes, no consigue
todavía dar con la hebra de lo que realmente quiere hacer. Hay ganas y eso se
nota, pero todavía no dan con la fórmula de aquello que toda banda, y artista
en general, debiese aspirar a encontrar: un sello personal y reconocible.
A
lo largo de las seis canciones que componen el material pueden verse distintas
tonalidades, texturas e ideas que van desde el rock de los noventas que
pululaba entre momentos de calma etérea y rabia desbocada, pasando por cosas
cercanas al hardcore, el punk rock e incluso pasajes que suenan a post punk.
Aquello no tiene nada de malo en principio, pero si no se canaliza a través de
al menos una idea conceptual o musical concreta, es imposible no caer en una
cierta sensación de confusión. “Fals@s” es una canción de ritmo apropiado y una
construcción sónica que incluso recuerda al Supersordo de los noventas, pero el
tema musical sólo es eso, un esbozo de algo que podría haber sido más. Misma
cosa pasa con “Idiotas” que prometía punk rock, con incluso un interesante
puente musical, cuatro golpes al hi hat de la batería para luego volver sobre
sí misma, dejando con las ganas del coro que nunca llegó. Los mejores momentos
de la banda son aquellos en donde combinan pasajes de guitarra suave y limpia
con otros tantos colmados de saturada distorsión. Esto puede verse en “No saco
nada” que tiene una línea musical interesante y unos quiebres que le quitan la
monotonía al tono lánguido de la guitarra y que cierra con un solo de guitarra
disonante. Sin embargo, lo citado anteriormente se puede ver con todavía mayor
claridad en “El es el enviado de Dios”, por lejos la canción más interesante de
todo el trabajo. En tono irónico crea una atmósfera saturada, alternando
sistemáticamente distorsión y guitarra limpia, que va en aumento hasta llegar a
su clímax en un solo de guitarra del que luego el tema regresa hasta cerrar de
manera suave. Es en esta pieza donde puede percibirse el germen de lo que se
mencionaba al comienzo: un sonido propio. Es por lejos donde la banda suena más
cómoda, natural y, sobre todo, definida.
El punto
más bajo del demo, aunque eso no es necesariamente un problema de la banda, es
la mala calidad del sonido lo que impide entender las frases musicales de los
instrumentos y sobre todo las letras de manera apropiada. Con un sonido mejor,
tal vez podrían percibirse de mejor manera las ideas esbozadas que, con un poco
más de trabajo, puede que rindan frutos en un trabajo más autoral. Sin
perjuicio de ello, naturalmente se trata de un demo, cosa para lo que
precisamente existen: tener un primer registro de cómo se está sonando para
luego, desde ahí, orientar el trabajo. El primer paso está dado.
Descarga el disco aquí
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martes, 29 de septiembre de 2015
Trostrigo – Airealverso (2012)
Una
de las cosas que se ha puesto de moda en estos últimos años es hacer folk. Un
género que comenzó más definido en sus términos, pero que con el correr del
tiempo se ha ido combinando y ha estado coqueteando con otros tantos que
finalmente, hoy en día, es difícil definir con exactitud tanto el alcance del
concepto como qué artistas pueden ser incluidos dentro del mismo. En honor a la
simplicidad, por tanto, entenderemos para los alcances del ejercicio que pueden
catalogarse dentro de dicho género musical todos aquellos músicos que
practiquen algún tipo de raíz folclórica de cualquier tipo. En tal caso,
inseparable de su acústica de cuerdas de nylon y cuajada de pegatinas, TROSTRIGO,
músico local oriundo de la ciudad de Rancagua y actualmente radicado en
Argentina, puede incluirse en la lista. Sin embargo, tal como lo incierto y
extendido del concepto de folk, también lo está el catálogo de músicos que de
una u otra forma lo practican. Y ahí es donde es posible comenzar a separar el
trigo de la simple maleza: si bien la música en esencia es simple, anclada
principalmente a guitarra acústica y voz, eso no quiere decir que la simpleza
sea garantía de un resultado apropiado. Visto desde el otro lado, si bien al
folk se le han acoplado elementos del rock, el pop, el indie, sea lo que sea
que signifique hoy en día eso, aquello no quiere decir que necesariamente dichos
elementos aporten a la mezcla. En el caso de TROSTRIGO y este disco del año
2012, ambos supuestos son satisfechos de manera más que apropiada: su voz
característica se funde de manera simbiótica con sus arpegios, y la riqueza de
los arreglos musicales son un aporte de frescura y fuerza a sus sencillas pero
efectivas canciones.
La
placa abre con “Genipsis”, una canción que marca la pauta de lo que será casi
todo el disco: una combinación de acordes o un arpegio de guitarra al que
comienzan a acoplarse otros instrumentos como percusión o teclados y que van
haciendo crecer la canción hasta el clímax en el coro. Así también se da en
piezas como “Tsunami”, “Disparos de Flecha” y la preciosa “Martina”. El disco
fluye ágil y fresco, con los versos sutiles y elegantes, pero sin caer en
cursilerías o provocaciones innecesarias, recurso al que algunos apelan y que
puede ser legítimo, pero que muchas veces no obedece a reales propósitos
artísticos y finalmente terminan en pirotecnia verbal o acrobacias lingüísticas
que poco aportan. Nada de eso puede verse en “AIREALVERSO”, un disco que si
bien enriquece la raíz folk presente en todas las canciones con elementos de
cierta sensibilidad pop, se mantiene como un trabajo íntimo y cálido, algo que
se agradece porque puede parecer simple, pero conseguir esa sensación de
cercanía con el auditor no se consigue sólo rasgueando una guitarra. Se
requiere algo más y TROSTRIGO lo tiene.
Otra
cosa que se agradece de la placa es que exuda un aire juguetón, casi infantil,
que permea todas las canciones. Desde algunos versos, palmas de manos sonando,
la forma de algunos arpegios o algunos particulares samples, como aquellos en “Curvas extranjeras” que a varios puede
recordarles los días frente a la Nintendo, a lo largo de toda la extensión de
“AIREALVERSO” se puede sentir que TROSTRIGO nunca perdió su espíritu de niño,
esa capacidad de soñar, divagar, imaginar y jugar que a muchos, llegada la edad
adulta, se les va secando y termina por hacérseles una costra para finalmente
caérseles. Eso explica el gris de las grandes ciudades y la vida moderna y por
eso es que escuchar un disco como “AIREALVERSO” a la vez gratifica y emociona.
Y no es que el disco sea pura oda al amor o conceptos abstractos, porque desde
esa misma trinchera de niño con su resortera, TROSTRIGO se encarga de dar un
par de palos bien dados en la que se erige como una de los mejores cortes del
disco como lo es “Doleser”, una canción más cercana al pop, con un ritmo para
seguir con la cabeza y donde con frases tan brillantes como simples se burla de
lo adulto, lo que ha de considerarse correcto según nos dicen, aquello a lo que
tenemos que aspirar, con muestras como “Normal temer al que siente/Normal que
crezcan miserias al frente/Alimentarse de muerte/Normal igualar objeto a
mujeres”. Simple, preciso y directo.
Actualmente
TROSTRIGO tiene siete discos publicados, entre discos larga duración y EPs, y
ha logrado mostrar su trabajo en distintas plataformas tanto en Argentina como
en Chile. Desde su primer disco, que data del 2009, venía ya puliendo la
fórmula de su folk con tintes de otros géneros aunque es en este disco,
“AIREALVERSO” donde la fórmula logra cuajar de manera íntegra. De ahí en
adelante, todo fue para mejor. Una invitación a disfrutar tanto sus trabajos
más antiguos como su más nuevo material.
lunes, 28 de septiembre de 2015
Ruta 1210 – Ahora Golpean los Hijos del Golpe (2015)
Las
reinvenciones son buenas. O al menos es lo que se suele decir. Casi como una
especie de cliché, resuena una y otra vez la idea de que dejar atrás el pasado
y volver al ataque ataviado de un aspecto, perspectiva o enfoque diferente es
necesariamente algo provechoso. Y puede serlo. Estar escribiendo esto y volver
a empaparse de música a través de un medio de comunicación, ya no la radio sino
que este blog, es sin duda algo grato. Supongo que puede considerarse una
especie de reinvención de lo que hacía antes, y me era imposible no hacer
aunque sea este breve comentario al respecto, pero eso no quiere decir que
reinventarse sea necesariamente correcto. Tampoco que sea totalmente posible. Prueba
de ellos es el primer disco de RUTA 1210, banda oriunda de la Región
Metropolitana, que presenta este 2015 su trabajo “AHORA GOLPEAN LOS HIJOS DEL
GOLPE”. Porque no se puede hablar de RUTA 1210 sin al menos mencionar a
HEREDEROS DE NADA, extinta banda de la escena punk rock local de la que, luego
de procesos internos de cambio, apareció RUTA 1210. Y es que la propuesta de
RUTA 1210 de desmarcarse de lo que hacía HEREDEROS DE NADA es clara y evidente,
dando un giro desde el punk rock que hacían, bastante elaborado y rico en
arreglos, hacia un rock más tradicional, aunque manteniendo firme el estandarte
de reivindicaciones sociales en las letras. El ejercicio resulta, aunque a
medias. Pero que no se malentienda la idea: se trata de un gran disco y con
propuestas interesantes. Lo que no resulta tanto es la reinvención y queda más
una sensación de que los mejores momentos de la banda se perciben cuando actúan
naturalmente. Y la naturaleza tiende a regresar al punk rock más propio de
HEREDEROS DE NADA.
El
disco abre con “Fariseos”, una potente canción en clave de punk rock acelerado
que hace de la referencia bíblica algo muy terrenal disparando a quienes “han
privatizado el paraíso a su favor”. Un buen puntapié inicial hacia lo que será
una extensa placa de casi una hora de duración en donde se recorren diversos
tópicos de la vida cotidiana y con la tensión distribuida apropiadamente a
través del orden de las canciones. Sin embargo, no termina de cuajar como algo
completamente distinto a lo que hacía la banda de la que nació RUTA 1210. Puede
sonar majadero el punto, pero es así: sin dudas y probablemente para cualquiera
que escuche el disco, los mejores momentos de “AHORA GOLPEAN LOS HIJOS DEL
GOLPE” son cuando la banda gira de manera espontánea, casi instintivamente,
hacia el punk rock. Hay matices y momentos en que se tiende hacia un rock más
reposado, con riffs y quiebres que no dejan de sonar interesantes, pero cuando
la banda pisa el acelerador es cuando el auditor comienza de manera automática
a marcar el tempo con los pies o incluso a moverse en su asiento y hasta hacer
amago de bailar. Ejemplos de esto son canciones como “Hasta el fin” en donde
las letras tienden más a la introspección sentimental, “Yo rebelde”, una
brillante autocrítica a la protesta del punkie que no tiene idea de por qué
está tirando piedras, o “No más” que se erige como una fuerte declaración de
rebeldía, todas excelentes piezas en donde la banda muestra su afilada
artillería de versos bien elaborados, interesantes juegos de guitarra y el
traqueteo bajo/batería en clave de punk que tan bien les queda.
En
general se trata de un disco parejo, pero hay dos momentos en donde la banda
roza la brillantez: “Odlanier Mena” e “Hijos del Golpe”, ambas muy distintas
entre sí aunque con la característica común, una vez más, de tener un ritmo
acelerado y veloz. “Odlanier Mena” es una canción sobre el militar chileno
encarcelado por violaciones a los Derechos Humanos durante la dictadura de
Pinochet en la cárcel hotel que era el penal Cordillera y que cuando supo de su
cierre se voló la cabeza de un disparo. La letra es verdaderamente
escalofriante, con una riqueza narrativa que deja clarísimo el cuadro, en donde
el militar criminal divaga entre sus recuerdos, sus fantasmas y en donde se
asiste al declive de una psique enferma y patética, todo acompañado de un punk
rock alternando entre la velocidad y los quiebres más arrastrados, en donde
destaca el trabajo de las guitarras. Una canción tremenda. “Hijos del Golpe”
es, en cambio, una andanada de rabia y furor de quien quiere, nunca mejor
dicho, devolver el golpe tomando como catalizador la rabia para levantar las
banderas de lucha en clave de himno de punk rock de estadio que incluye hasta
un solo de slide guitar y citas a Joe
Strummer. Ideal para escuchar antes de ir una marcha.
El
resto de la placa deambula entre distintos géneros como un rock más reposado
con trazas que recuerdan a Pixies (“Frescos de Raja”), momentos para el ska
instrumental (“Skamental”), guiños al rock más tradicional de los años
cincuenta (“Felinos”) y canciones que están en un término medio entre el rock
más cercano a los riffs y el punk rock más de manual (“Seremos tu miedo”).
Terminada la escucha, vuelve una vez más la idea de que cuando RUTA 1210 mejor
suena es cuando parece volverse hacia su esencia. Un más que interesante
trabajo autogestionado y editado por los mismos RUTA 1210 que hace ver el
panorama de la banda y lo que pueda entregar en el futuro como más que
interesante. Habrá que ver hacia dónde emprenden el rumbo y si deciden seguir
intentando el cambio hacia otros géneros musicales o se quedan donde parecen
más cómodos. La decisión, al final del día y en todo caso, siempre será de
ellos.
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