domingo, 27 de diciembre de 2015

A Sangre Fría - Si aún puedes respirar (2015)

       No es infrecuente que en las artes, y en todos los aspectos de la vida, aparezcan productos que son universalmente considerados como de dudosa calidad, pero que consiguen éxito masivo, incluso a nivel mundial, y que producen los igualmente no infrecuentes cuestionamientos de por qué pasó algo así. Usualmente su destino es ser rápidamente devorados por el olvido de este mundo actual regido por la inmediatez, salvo algunas excepciones que se escapan de la regla solo para confirmarla. Pero paralelamente a eso, también se da el caso diametralmente inverso: gente que realiza un trabajo de gran calidad, pero que por distintos motivos, a veces incluso decisiones personales de que así sea, no consiguen llegar a públicos masivos, a grandes audiencias y dejan la sensación de que no existe una correlación apropiada entre el buen trabajo y la respuesta al mismo. Uno de esos casos podría ser A SANGRE FRÍA, que con una trayectoria que comienza por el año 2002, y con ya dos discos editados de manera independiente antes de la aparición del presente material, se muestran como una banda con un sonido depurado, claro y ya definido, con una impronta distintiva más que presente en su obra y que dan la sensación de que su material debiese tener un público más masivo del que pueda tener actualmente. Luego de la escucha de su más reciente material, aquella sensación solo se intensifica.

       “SI AÚN PUEDES RESPIRAR” es el tercer disco de la banda y a estas alturas se nota que nadie está improvisando, que se sabe bien lo que se está haciendo y que el sonido buscado es el que finalmente se consigue en la mezcla final. En nueve canciones, el disco fluye acelerado, colorido y pulcro en la ejecución, tal y como se puede ver en sus dos discos anteriores, “”DISPAROS” (2008) y “DONDE HABITA EL OLVIDO” (2011), pero llevando la fórmula a un estado todavía superior. Porque decir que A SANGRE FRÍA hace punk rock sería ser injusto y simplificar demasiado lo que ofrece en su sonido. Así, en el material, se permean las influencias de los músicos que van, en efecto, desde el punk rock más clásico, pero también recogiendo al de otros géneros llegando incluso a percibirse ciertas trazas de metal o rock más clásico. Sin embargo, ahí está una de los grandes aciertos del disco: suena a A SANGRE FRÍA, con los elementos ya reconocibles de la banda y que venían cimentando en los trabajos anteriores. El recurrente uso del pedal de ataque en la guitarra, las estructuras de acordes, ciertos juegos vocales y la apropiadísima voz principal son marcas registradas que se aplican en cada uno de los tracks haciendo que suenen de una manera reconocible y, lo mejor, en donde cada canción parece ser un universo independiente, con ansias de transcendencia y vocación de himno. En algunos casos resulta mejor que en otros, pero la idea está.

       El disco abre con la potente “Dónde está?” que marca la pauta sobre cómo fluirá todo el ejercicio. Con una potente base rítmica de batería y bajo sobre la cual los juegos de guitarras construyen la línea melódica que terminan de coronar las voces, con letras que hablan sobre lo existencial y el amor, pero sin dejar fuera sentimientos como la rabia y la rebeldía, que son los grandes acercamientos que tiene la banda con el punk. Otros puntos altos los constituyen la brillante “Con reproches” que avanza como un compacto bloque sonoro que aplasta lo que se le cruce, “Próxima estación” que aporta cierta cuota de dramatismo, necesario por cierto, “Desapareces”, una de las canciones en donde mejor se aprecia el sonido propio de la banda, y “En mi ataúd” que con una letra que se mueve entre el desencanto y la resiliencia, aporta con quiebres y matices en canciones que suelen avanzar todas en un tempo más o menos parejo. En menos de media hora, “SI AÚN PUEDES RESPIRAR” se oye fluido y bien pensado, con un apropiado orden en las canciones y parejo en todo sentido, siendo tal vez uno de los pocos defectos del material, solo por hacer el ejercicio de buscárselos, la manera en que suena la caja de la batería, aunque eso podría ser hilar demasiado fino y, además, es más un tema propio de la mezcla y post producción y en caso alguno obedece a un defecto compositivo o interpretativo de los músicos.

       A SANGRE FRÍA sigue firme en sus convicciones respecto a cómo quieren los músicos integrantes que suenen sus canciones. Siguen operando bajo la misma ecuación y eso hace que su sonido pueda identificarse, sobre todo si se hace el ejercicio de retrospección hacia sus anteriores trabajos, pero tampoco se han quedado solo en eso y han ido puliendo y mejorando aquello que ya hacían bien para entregar el que hasta ahora es su mejor material. Si la tendencia se mantiene, los siguientes trabajos que la banda pueda registrar se erigen solo como auspiciosos augurios de una agrupación que debiese tener una acogida mucho mayor de la que hasta el momento ha tenido. Naturalmente, no forzando al público a escuchar cierta música sólo porque es chilena mediante leyes que fuerzan la programación radial, pero sí invitando a fijarse en trabajos como estos. Si de algo sirve la presente reseña y genera interés, la invitación está hecha.

Perfil de bandcamp de la banda



martes, 22 de diciembre de 2015

Paranoia - Plansantiago (2015)

     PARAONIA es un nombre de cierto peso específico dentro de la escena punk rock chilena que remonta sus sonidos a la primera mitad de la década del dos mil. Su sonido acelerado, ramonesco aunque con ciertas vetas melódicas, sus interesantes juegos de guitarra y unas armonías vocales características hacen que posea una especie de marca distintiva que les ha hecho acreedores del mencionado renombre en los círculos under y que por tanto vuelve aún más interesante el hecho de recibir un nuevo material de la banda. Sobre todo porque PARANOIA no es una banda de la que resulte fácil encontrar material, incluso en el océano de contenidos que desde hace ya varios años se ha transformado internet. Basta con realizar un par de búsquedas y las respuestas que se pueden encontrar serán muchos links de descarga rotos y escasas referencias a tocatas de hace ya varios años atrás. Por eso, recibir algo nuevo de PARANOIA es algo, en particular, atractivo.

     “PLANSANTIAGO” es el nombre del breve material compuesto de cuatro canciones más un track final de un registro en directo que, desde la sola mención a su título ya deja entrever un poco las características de las canciones y los conceptos tras las mismas. Porque se trata de piezas breves, potentes, directas y con temáticas sencillas y cotidianas, pero no por eso menos relevantes. O terribles. Porque lo primero que cabe comentar sobre la placa es su primera pista, la que da el título al material. “Plansantiago” es una canción con una temática que inicialmente se muestra como evidente, el desastroso sistema de transporte público de Santiago de Chile, pero que luego comienza a evolucionar y a abarcar más temas y hacerse más amplio en su alcance hasta llegar a hacerse preguntar al protagonista de la sufrida letra qué de todo lo terrible que sucede actualmente es lo que le genera “ganas de matar”. La obra es un ataque directo a la clase política, representada en particular por la figura de la actual presidenta, algunos de sus ministros e incluso su hijo que fue protagonista de un bullado escándalo aun no aclarado y que todavía tiene repercusiones, pero a la vez es una declaración de principios del ciudadano de a pie que ve con frustración cómo la vida se le va, nada puede hacer para evitarlo y los responsables los tiene bien identificados, pero se ven lejanos e impunes, todo con el “Chile, la alegría ya viene” que todo el mundo conoce bien, como un deformado telón de fondo. Una joya.

     Las demás canciones del material, “Como quiero”, “Deicidio” y “Maestría”, siguen más o menos el hilo de la canción principal, no desentonan en el estilo mismo de PARANOIA ni tampoco son en realidad un bajón de calidad con respecto a cómo inicia la placa. Sin embargo, este es tal vez el principal punto flaco del disco: no queda claro si es un Extended Play (EP), un single con más material de soporte que el de costumbre o un mero adelanto de canciones sin una ilación concreta. Porque luego que transcurren las cuatro pistas, aparece la quinta canción con el registro en directo y la orientación en la que iba el trabajo, de haber existido, se pierde. No es que sea un mal registro, la calidad es aceptable y como tal funciona, pero no se comprende la decisión de incluirlo, mucho menos luego de las primeras cuatro canciones de estudio que sonaban más que prometedoras. Puede haber habido, tal vez, cierto apresuramiento a mostrar material nuevo y no esperar a registrar el suficiente como para poder hablar de un disco propiamente tal, o la idea puede haber sido mostrar lo que se tenía a mano y esto era todo lo que había. Al momento de estarse escribiendo esta reseña no se cuenta con dicha información y solo se puede dar una opinión luego de su escucha: material que iba bien encaminado, pero a medio camino, nunca mejor dicho, quedó truncado y dejando cierta sensación de confusión sobre lo que se quiso hacer.

     Sin embargo, más allá de lo anteriormente expuesto, y tal vez sería bueno conocer qué tiene que decir la banda al respecto, PARANOIA sigue sonando a lo que tiene acostumbrado: canciones simples, rápidas, pegajosas, pero que tienen la capacidad de brillar e incluso trascender, siendo las mejores evidencias de una banda con un sonido propio, con una confianza suficientemente afianzada para mantenerlo en el tiempo y para dejar entrever que la evidente influencia de la escena argentina de los noventas se percibe, pero la banda solo bebe de ella y no se limita a replicarla. En cambio, aporta de lo suyo y reinventa los presupuestos para ponerlos a su favor. Es en eso donde radica la presencia de una banda hecha y derecha, madura y que está para seguir mostrando grandes cosas.

miércoles, 14 de octubre de 2015

Miguelitos – Cristo viene, apreten cuea (2012)

       Como se repite hasta el cansancio, una de las grandes formas de lograr cosas en el arte es conseguir dar con un estilo propio y característico. Es algo que requiere tiempo, trabajo y esfuerzo. Si se habla de música, implica horas y horas de ensayo en búsqueda de pulir el diamante en bruto que muchas veces se tiene entre las manos y que no consigue hacerse sonar de manera única y reconocible. No es, por tanto, algo sencillo. Por eso es tan meritorio, y singular, el caso de MIGUELITOS, banda de punk rock de Santiago de Chile, sobre todo en un género en que cuesta innovar realmente. Porque ya desde su primer disco “TERCER MUNDO” lanzado el año 2009 consiguieron sonar única y exclusivamente como suena MIGUELITOS. Combinación de varios factores, pero principalmente el talento de los músicos. Una voz característica con un fraseo muy propio, punk rock pesado y la incorporación de ciertas vetas stoner hicieron de aquel debut discográfico una placa que aparte de derrochar calidad y excelente sonido, los desmarcaba de todo lo demás que podía estar sonando entonces. Un par de años después, y luego de sacar un breve trabajo en directo titulado “SANGRE CAÓTICA I” el 2011, vuelven el 2012 con “CRISTO VIENE, APRETEN CUEA”, su última producción de estudio a la fecha, que con un burlesco título viene simplemente a capitalizar el original sonido que la banda ya había creado con su primera placa. Ahora, eso no quiere decir que sea más de lo mismo y está ahí el verdadero mérito del presente trabajo.

       El disco abre con la reversión a la conocida canción “Yo quería ser mayor”, original de Roque Narvaja, detestada por muchos, pero que en manos de MIGUELITOS toma otra significación y alcance en clave de punk rock. Un apropiadísimo comienzo para un disco que si bien repite la fórmula del debut, también está lleno de matices, cambios de ritmo y quiebres haciendo que el registro fluya sin aburrir, riesgo en el que se puede caer si se insiste demasiado en la misma fórmula. Y la banda ofrece canciones para todos los gustos. En “Sé cómo perder el tiempo” demuestran que pueden comenzar un tema con un sonido más cercano al stoner que al punk y luego transformarlo en una canción saltarina y casi rapeada sin que deje de sonar como MIGUELITOS. Crítica social directa puede verse en “Niño y patria”, una acelerada canción que plasma lo que sucede en un país que vive mirándose el ombligo y comparándose con la OCDE pero donde muchos niños sufren en la calle. “Últimas tonteras” hace alusión a cierto medio de comunicación que contribuye a la frivolización de los contenidos en los medios para aumentar la desinformación y mantener así a la gente sumisa. “Chacalísimo” es la mixtura perfecta entre punk y stoner y la banda hasta se da el gusto de levantar la bandera del uso de la bicicleta con “Furioso ciclista”. Como queda de manifiesto, la banda no tiene problemas en saltar de un ritmo a otro y pasearse por diversos temas de la contingencia haciendo del disco una mixtura de distintas cosas aliñadas con el ingrediente MIGUELITOS que le da unidad a todo.

       El disco cierra con “Por la boca muere el pez”, tal vez la canción que más se desmarca de las demás porque suena oscura, pesada, con una letra ácida, aunque hacia el final la banda vuelve a pisar el acelerador siendo un forma efectiva y correcta de cerrar el disco. Sin embargo, el punto más alto de la placa es por lejos el corte promocional. “Ahora” es una canción que aparte de ser la mejor muestra de lo que ha terminado siendo el sonido MIGUELITOS, es una pieza simplemente genial. Con la velocidad apropiada, un coro memorable, una letra que no puede ser más atingente, un solo de guitarra colocado justo y precisamente donde debía ir, se erige como una excelente demostración, primero de cómo se hace buen rock and roll, y además hacia adonde está apuntando el sonido de la banda. Se aprecia a un conjunto afiatado, empoderado y que se la cree. Aquello permea los acordes del tema y contribuyen a buena parte de su fuerza.

       Este 2015 MIGUELITOS sacó una nueva producción en directo titulada “SANGRE CAÓTICA II” que incluye un CD y un DVD de una presentación de la banda en la sala SCD de Bellavista, siendo un trabajo de excelente factura técnica y musical. Sin embargo, su último disco de estudio con temas originales ya data del 2012. Dada la inmensa calidad del mismo y lo bien encaminada que suena la banda, sería más que apropiado conocer qué dirección tomará la banda de aquí al futuro. En todo caso, por lo mostrado en “CRISTO VIENE, APRETEN CUEA” es posible especular con que serán solo decisiones acertadas.

viernes, 9 de octubre de 2015

Aroldo de Souza - Dinamitar y seguir (2015)

Por P

Las comparaciones son inevitables, y esta no será la excepción… Dinamitar y Seguir de Aroldo de Souza bien podría ser parte de la siguiente placa de Jirafa Ardiendo si es que hubiesen seguido. Lo cual no es malo, de hecho se presenta como un buen ejemplo de evolución musical y compositiva de los músicos de una banda que tuvo sus buenos momentos.

En lo que más se parecen  (y en mi caso agradezco) es en esa mezcla de elementos tomados de distintas corrientes. En el tema se identifican, sobre una base pop, muchos elementos de psocodelia, algo de jazz y hasta un poco de noise en las guitarras ruidosas que van llenando los espacios que inevitablemente se generan entre cada una de las pistas en la verdadera experiencia auditiva en que se convierte esta canción.

Y a pesar de todos estos elementos, la canción es etérea… flotante… Como para cargarla en el reproductor de música y salir a deslizarse sin rumbo entre medio de la gente un día de invierno a punto de llover, separado del suelo…Y eso es difícil… No la parte de caminar entre medio de la gente, eso es lo fácil, sino que hacer que una canción tan llena de sonidos suene como suena ésta y no sobrecargada y empalagosa (los que saben de cocina concordarán conmigo en que la respuesta al qué? Cuánto? Cuándo?Cómo?,puede marcar la diferencia entre hacer pan y hacer engrudo, por ejemplo)… Y cómo no iba a ser así, si en la masterización intervino Max Scena, que ha trabajado con Soda Stereo, Massacre, Los Pericos, etc. Bueno, eso también hace que la mano argentina se note.
Desde el punto de vista de la composición no tengo mucho que decir, menos de la calidad de la interpretación… Son profesionales, experimentados y se nota. Tanto Alejandro Pino (voz y letras), y Manuel Mendez (Música y producción), tienen por lo menos 15 años de trabajo previo. Y no son aficionados en esto de hacer canciones matizadas.

Estructuralmente es lenta, no leeeenta, pero sí lenta. En cualquier caso no le viene otro tempo (parte importante de esa sensación de estar flotando viene de eso). Una guitarra repetitiva en un arpegio disonante durante las estrofas le da un aire casi crepuscular, como si ese día de invierno fuera particulamente oscuro, aunque sin que necesariamente por la hora del día, y tampoco por el estado de ánimo.

El coro sigue en la línea incorporando, en todo caso, más y nuevas texturas musicales, lo cual aporta para llegar al clímax. Punto aparte merece, al respecto, lo inteligentemente bien construido de ese aspecto, ya que de lo contrario el tema sería algo mucho más plano y por lo tanto aburrido.
Otro aspecto que llama la atención es el uso casi instrumental de la voz  y la letra de la canción. Para gente que a la que gusta de escuchar letras le resultará un poco chocante, ya que hay que acostumbrarse a la armonía coral, a la pronunciación y al tono para entenderla, pero a otros no. En lo particular me gusta el efecto, creo que hacer más clara la letra le quitaría esa sensación etérea que tanto me gustó.


La canción se me presentó como una buena oportunidad, primero, de conocer una banda ya extinta, que tuvo sus buenos momentos y que en mi caso tuvo el buen tino de experimentar e innovar en un estilo que, para mi gusto tiende a ser monótono y que me cansa rápido al sonar todo más o menos parecido, mezclando elementos de distintos estilos musicales, y segundo, de poner en mi radar a esta banda que, más que romper y “dinamitar” lo que venía haciendo, lo evoluciona y lo pasa a otro nivel, echándolo a flotar.

Descarga la canción aquí.

miércoles, 7 de octubre de 2015

Maten al Jefe – Básico (2015)

       La propuesta de MATEN AL JEFE en su EP “BÁSICO” es un claro ejemplo de que muchas veces no quedarse en la fórmula básica y extremarla a ver si da un poco más, muchas veces en detalles, trae como resultado un trabajo todavía mucho mejor. Se menciona esto porque la propuesta musical de esta banda oriunda de Melipilla no hace nada nuevo: punk rock a la medida de Disidencia, Segismundo Toxicómano y otros exponentes similares del sonido ibérico de la segunda mitad de los 90s y los 2000s, con abundantes juegos de guitarra, armonías melódicas y baterías usualmente aceleradas. Sin embargo, los locales no se quedan sólo en emular la fórmula sino que además ponen de su cosecha para sacar del horno un EP de cinco canciones pegajosas, de buena factura, con letras ingeniosas y que resulta un agrado escuchar.

       La placa se abre con “Tal vez”, un tema que ostenta la parte más pesada de todo el trabajo, con secciones casi cercanas al metal durante las estrofas, y que se suelta en un coro potente, con una letra de un ser perdido en la vida que se cuestiona algunas cosas. Le sigue “Soldado”, una acelerada pieza de punk rock, con un interesante trabajo de guitarra, cosa característica de todo el disco, y que habla de otro pobre ser que tiene que enfrentarse a la violencia de la vida en las urbes modernas. “Muerto Vivo” suena un poco más marchosa y menos acelerada, un interesante cambio de ritmo en la mitad del trabajo, que cuenta la trágica historia, nuevamente, de un ser abandonado a tal punto que “San Pedro se hizo el loco” con él como versa la letra y que incluye un apropiado solo de slide guitar que le aporta mucha frescura a la canción. Es sólo un detalle, pero el incluirlo hace que la canción gane muchísimo.

       “Niño de bien” trae la velocidad de regreso al sonido y la letra divaga sobre lo difícil que resulta comportarse y tratar de dar con el perfil esperado a alguien con una tendencia más bien a la dispersión y las conductas erráticas. Cierra el trabajo “Fackin Ched” con una potente crítica a la gente que tiene la tendencia a admirar lo que viene de Europa y no valora su propia cultura y olvida sus orígenes. Interesante la idea, sin embargo es en esta canción donde está el punto bajo del disco: las voces que hacen los coros suenan desafinadas respecto al resto de la música. Si bien es un detalle, llama la atención en un disco que en general está muy bien interpretado.

       “BÁSICO” resulta un disco entretenido de oír y que a pesar de que no dura ni quince minutos, tiene cuerpo, sustancia y energía por montones, haciéndolo un material ideal para escuchar aplanando calles. El sonido de MATEN AL JEFE es interesante y dentro del estado actual de la escena punk local, deberían destacar tanto por la actitud plasmada en las letras como por su calidad musical indesmentible. Al menos el talento está.

lunes, 5 de octubre de 2015

Los Desechados – Orgullo Maldito de Guerra (2014)

       Se ha dicho hasta la saciedad en estas líneas que lo ideal para alguien que hace música, y cualquier arte en general, es conseguir un sonido característico que haga que la obra propia sea reconocible aún a pesar de percibirse las influencias de otros en la misma. Aquello venían dibujando ya desde “La Danza de los Marginados”, su primer disco del año 2010, LOS DESECHADOS, banda de punk rock oriunda de la ciudad de Copiapó, Chile, que a través de sus guitarras aceleradas y canciones cargada de potencia venían definiendo ya lo que termina por decantar en su sonido actual plasmado en el disco “ORGULLO MALDITO DE GUERRA” que vio la luz el 2014 y que los tiene sonando de la manera que lo hacen ahora. Lo curioso es que en su material anterior las canciones son todas muy parecidas entre sí, pero no se percibe totalmente una identidad y un sonido característico. En “ORGULLO MALDITO DE GUERRA”, en cambio, hay quiebres y matices, pero todos parecen obedecer a una idea musical única que tiñe toda la placa con un aire particular.

       El disco abre “Intro”, un semi instrumental que ya sienta las bases de lo que será el nuevo trabajo de la banda. Y es que la virtud central de su sonido, sembrada en su primer material y cosechada en el presente, está en saber amalgamar el sonido del punk rock setentero británico tradicional y el del punk ibérico de los ochentas, principales pivotes que la escena local de punk rock local suele recoger como influencia. Lo que hacen LOS DESECHADOS es tomar ambas vertientes y redefinirlas en un sonido a la medida de ell@s mism@s. Puede apreciarse en la sentida “Cristales Rotos”, en la burlesca “Paxanga Obrera” que dice unas cuantas verdades sobre la vida de la clase trabajadora, en “Puta Realidad” y sobre todo en “Tukarpaka”, una canción en donde hay un apropiadísimo relevo a la voz cantante principal y que podría tomarse como la tarjeta de presentación de la banda. Si hay una manera de mostrar cómo es el sonido de LOS DESECHADOS es con este corte. Una maravillosa pieza de punk rock y actitud, pegajosa y con pasta de sencillo promocional.

       Sin embargo, como se reparaba, el disco es rico en quiebres y matices tanto de sonoridad como de ritmo. “Vertedero”, canción que dispara directo contra el Vaticano y el fanatismo religioso, tiene un inicio lento, oscuro, casi arrastrado, que repentinamente una acelerada línea de bajo es la encargada de acelerar. Una pieza que sumerge a la banda en otras sonoridades pero que a la vez reafirma la idea de un sonido propio en donde esto también forma parte del mismo. “No U.S.A”, canción cuya temática resulta fácil adivinar, también suena innovadora por el espiral riff con el que comienza y la forma en la que está construida la pirámide de guitarras que van armando la pieza. Sin embargo, es la canción que cierra el disco donde se ve de mejor manera el avance y crecimiento de la banda. “Carta suicida” es un tema oscuro, con unas letras que recuerdan al BBS Paranoicos de la época del “Fábricas Mágicas”, de ritmo acelerado y que exuda angustia. Es aquí donde el tándem de guitarras muestra sus momentos más brillantes y que van pavimentando el camino hacia el clímax de la canción en donde entran los juegos de voces consiguiendo un crescendo sencillamente espectacular y dramático que finalmente termina por desvanecerse en un fadeout que se pierde en el viento. Memorable.

       En cerca de treinta minutos y doce canciones, diez propias y dos referidas a la banda Acércate Muerto, LOS DESECHADOS demuestran que ni la distancia con la capital ni las dificultades que muchas veces coloca ser parte de la escena under son impedimento para hacer un trabajo serio y bien planteado. Una recurrente discusión en el mundo del punk rock gira en torno a si importa o no sonar bien. Muchos creen que no. Que la desprolijidad es parte del asunto. Sin embargo, muchas veces esa desprolijidad no es un manifiesto de algo, no forma parte del ideario y no se dice nada con ella, sino que simplemente obedece a mediocridad. Prueba de ello son trabajos como estos que, de manera completamente autogestionada, salen a luchar de igual a igual en términos de calidad musical y sonora con otros proyectos financiados por entes externos. El resultado salta a la vista. Se puede estar fuera del sistema y a la vez hacer las cosas bien. Gracias a LOS DESECHADOS y su maldito orgullo de guerra por recordárnoslo. 

Descarga el disco aquí.

viernes, 2 de octubre de 2015

Los Makana – Callejones (2015)

       Las influencias son algo natural al momento de hacer música y cualquier forma de arte. Es un hecho que, sobre todo cuando se está comenzando, suelen ser los referentes el método de inspiración para crear las primeras obras y luego, ojalá, encontrar un estilo propio. Lo complicado del proceso es que siempre está el riesgo de dejarse estar demasiado y finalmente terminar sonando como una copia. Afortunadamente, no es lo que sucede con LOS MAKANA, banda local que este año lanza su segundo disco “CALLEJONES”, que se autodefinen como una banda de hard rock con influencias de otros géneros. Y las influencias están y se nota a lo largo de todo el material. Está todo: puede percibirse a Led Zeppelin, AC/DC, trazas de glam rock a lo Poison, algo del sonido de La Renga, dejos a Ugly Kid Joe y sobre todo Guns and Roses, tanto el de “Appetite for Destruction” como el de “Use your Ilusion”. Sin embargo, la banda suena empoderada y consigue darle un sello propio a uno de los géneros más referidos y practicados como lo es el rock puro y duro.

       La placa abre con “Nada nos detiene”, una canción que huele, hiede y hasta apesta a AC/DC, pero que aún así tiene los suficientes méritos para desmarcarse y trazar su propio camino. Apropiado inicio, con una letra cargada de entusiasmo ante la vida cosa que es una tónica en toda la placa, para casi cuarenta minutos de rock energético y de buena factura, que entretiene, gusta y mantiene al auditor con ganas de más. Ayuda en esto el que la banda no se amarra a un único tipo de ritmo, tentación en la que resulta fácil caer cuando se hace este tipo de música, y las distintas canciones van pasando a distintas velocidades lo que le agrega una riqueza que sólo hace más atractivo el trabajo. A la ya mencionada “Nada nos detiene” en clave de rock de manual se suman piezas como “Dejar de pensar” con un ritmo más saltarín y que recuerda en cierta forma a The Black Crowes, “Días” que incluso rememora de manera lejana a las cosas más luminosas del rock de los noventas y con una letra que apunta a la parranda sin fin, qué cosa más recurrente en el género, o “Que me lleve el tren” que pisa el acelerador y cierra el material con una pieza ideal para seguir el ritmo con el pie y que recuerda en cierta forma a clásicos de glitter glam como podría serlo un “Ballroom Blitz”. Y como no podía faltar, también hay momentos para ponerse algo más acústicos y melancólicos con canciones como “En el olvido” y “Fin de mes”, aunque esta última en menor medida. Es esta riqueza de estilos y formas la que hace “CALLEJONES” un disco que escapa de la monotonía que puede darse si no se sabe reinventar bien del género.

       En el aspecto técnico el material es impecable. Destaca el nivel de producción empleado en la grabación y mezcla del disco que hace que suene equilibrado y en su justo punto, pero también la calidad interpretativa de los músicos. La voz es agradable y delicada, pero a la vez potente y con la fuerza apropiada, cosa que contribuye a darle un sello propio a las canciones. Además, destaca el trabajo de las guitarras que aportan riffs y solos que solo enriquecen el resultado final. Se trata de un disco bien pensado, correctamente ejecutado y apropiadamente ordenado ya que mantiene la fuerza de principio a fin, no tiene puntos muertos y fluye de manera natural.

       “CALLEJONES” es el segundo disco de LOS MAKANA que sucede a “AL HUESO” del año 2013 y no ha sido sino mejorar el buen trabajo que ya venían mostrando en dicha placa. Se aprecia una banda afiatada, que se siente cómoda en lo que hace y que ofrece una proyección favorable para hacerse un nombre entre los variados proyectos del género que existen en la escena local. “CALLEJONES” es un disco que cualquier amante del rock debería escuchar y uno al que los no tan asiduos a dicho estilo podrían acercarse sin temor a salir decepcionados luego de su escucha.

jueves, 1 de octubre de 2015

Sin Lencería – Entre Medias y Bocas (2013)

Una de las cosas importantes cuando se hace lo que sea es tener clara la dirección en la que se va. Aquello, además de simplificar de sobremanera el proceso, hace que el resultado final siempre tenga ese plus que entrega el empoderamiento de saber qué es lo que se quiere hacer, cómo se quiere hacerlo y que determina que la manera en que finalmente se hace sea la apropiada. Aplica a la composición de una sinfonía o a “ENTRE MEDIAS Y BOCAS”, primer demo de esta banda de tres mujeres músicos de Santiago de Chile como lo es SIN LENCERÍA que viene en funcionamiento desde fines de 2011 y que luego de algunos ajustes y cambios en la formación, finalmente se han afianzado finalmente como una banda de punk rock femenino a la medida de Babes in Toyland, Lunachicks y similares referentes. Y si bien la banda tiene una existencia relativamente breve, en ese poco tiempo han sabido canalizar sus energías de una manera clara y decidida y resulta de manifiesto que cuando las tres músicos se cuelgan los instrumentos, saben lo que quieren lograr.

La banda opta por un estilo musical filoso y acelerado en clave de punk rock ruidoso, aunque también con guiños a los noventas y el riot grrrl y ciertas vetas de sonido garaje y en apenas cinco canciones dejan clara tanto su declaración de principios a través de letras directas pero libres tanto de cursilería como de vulgaridad, lo que potencia y amplifica todavía más el mensaje que quiere ser entregado, como su propuesta en lo musical. Las temáticas feministas están presentes a lo largo de todo el trabajo y quedan de manifiesto ya desde la primera canción, “Ándate a la mierda”, una potente bandera erigida desde el orgullo de no ser la cualquiera de nadie para luego mandar al espécimen de turno adonde enfáticamente menciona el título de la canción. Aunque también hay espacio para el amor, y más específicamente sexo, como puede apreciarse en “Revolcarme” donde hay una sincera y directa declaración hacia otra persona, aunque apropiada e inteligentemente desprovista de contenido heteronormativo, dejando el asunto en simple deseo, lo que la hace desmarcarse de canciones que pueden hablar lo mismo evitando así lugares comunes. Punto para la banda por eso. La rabia y la indiferencia también se tocan en “No me importa”, la canción que está más cercana a un punk rock más de manual, casi ramonero, pero que tampoco se desprende de los atavíos noventeros y propios del ya mencionado movimiento riot grrrl. Y no es que eso sea un defecto ya que le da un sabor a trabajo autoral, propio y reconocible, cosa que tratándose de el primer demo de una banda con apenas cinco años no es menor. 

El punto más alto de la placa es “Plástica”, un verdadero estandarte de lucha en contra del machismo, el patriarcado y la cosificación del cuerpo de la mujer, problemas tan vigentes como pasados por alto por muchos a los que esto les conviene que sea así. El ritmo de la canción, más arrastrado y lánguido pero apropiadísimo para la temática, exuda rabia y carga todavía más el aura de la canción que revienta en un coro absolutamente memorable, digno de gritarse a todo pulmón, y que opera igualmente como crítica al estado actual de cosas que beneficia a los hombres, pero también a las mujeres que han sido cómplices de que esto haya terminado así. El único pero, y esto puede ser un tema opinable, es el solo de guitarra disonante que se incorpora hacia el final de la pieza. Por el tipo de música que realiza la banda, algo así resulta coherente, pero en cierta rompe la emotividad del momento. La última canción, “Paco”, tampoco resulta tan convincente por la manera en que es planteada la protesta. Y no es que la canción sea mala, pero habiendo escuchado el resto de la placa queda claro que la banda puede dar mucho más.

En tan sólo once minutos y fracción SIN LENCERÍA muestra sus credenciales y en cierta forma sorprende con una propuesta que de novedoso no tiene nada, ¿qué es novedoso a estas alturas?, pero que sabe ponerle su propio sello autoral a algo que se viene haciendo hace mucho y por mucha gente. Las músicos no son ningunas virtuosas, pero no necesitan serlo ya que la propuesta musical planteada se satisface absolutamente con lo ofrecido y, mención necesaria, las voces de quienes se encargan de cantar no podrían ser más apropiadas para el estilo musical. “ENTRE MEDIAS Y BOCAS” sin duda es un interesante entremés del trabajo de SIN LENCERÍA y deja abierto el apetito para todo lo demás que puedan ofrecer.



miércoles, 30 de septiembre de 2015

Resistencia Multi-Drogas – Personajes Olvidados (2015)

       El tema de las etiquetas en géneros es complicado en la música y la verdad sea dicha, es complicado incluso fuera de la misma. Poder definir bajo qué bandera se puede ubicar determinado artefacto o pieza de arte, suele ser problemático y en muchos casos llegar a coartar la creatividad o a mutilar las diversas creaciones debido a que alguien dijo que las cosas no tenían que ser así. Sin embargo, también pueden producir el problema desde dentro, en donde sea el mismo artista el que no tenga claro qué es lo que quiere hacer. Algo así es lo que sucede con “PERSONAJES OLVIDADOS”, este primer demo de la banda local RESISTENCIA MULTI-DROGAS que si bien tiene momentos interesantes, no consigue todavía dar con la hebra de lo que realmente quiere hacer. Hay ganas y eso se nota, pero todavía no dan con la fórmula de aquello que toda banda, y artista en general, debiese aspirar a encontrar: un sello personal y reconocible.

       A lo largo de las seis canciones que componen el material pueden verse distintas tonalidades, texturas e ideas que van desde el rock de los noventas que pululaba entre momentos de calma etérea y rabia desbocada, pasando por cosas cercanas al hardcore, el punk rock e incluso pasajes que suenan a post punk. Aquello no tiene nada de malo en principio, pero si no se canaliza a través de al menos una idea conceptual o musical concreta, es imposible no caer en una cierta sensación de confusión. “Fals@s” es una canción de ritmo apropiado y una construcción sónica que incluso recuerda al Supersordo de los noventas, pero el tema musical sólo es eso, un esbozo de algo que podría haber sido más. Misma cosa pasa con “Idiotas” que prometía punk rock, con incluso un interesante puente musical, cuatro golpes al hi hat de la batería para luego volver sobre sí misma, dejando con las ganas del coro que nunca llegó. Los mejores momentos de la banda son aquellos en donde combinan pasajes de guitarra suave y limpia con otros tantos colmados de saturada distorsión. Esto puede verse en “No saco nada” que tiene una línea musical interesante y unos quiebres que le quitan la monotonía al tono lánguido de la guitarra y que cierra con un solo de guitarra disonante. Sin embargo, lo citado anteriormente se puede ver con todavía mayor claridad en “El es el enviado de Dios”, por lejos la canción más interesante de todo el trabajo. En tono irónico crea una atmósfera saturada, alternando sistemáticamente distorsión y guitarra limpia, que va en aumento hasta llegar a su clímax en un solo de guitarra del que luego el tema regresa hasta cerrar de manera suave. Es en esta pieza donde puede percibirse el germen de lo que se mencionaba al comienzo: un sonido propio. Es por lejos donde la banda suena más cómoda, natural y, sobre todo, definida.

       El punto más bajo del demo, aunque eso no es necesariamente un problema de la banda, es la mala calidad del sonido lo que impide entender las frases musicales de los instrumentos y sobre todo las letras de manera apropiada. Con un sonido mejor, tal vez podrían percibirse de mejor manera las ideas esbozadas que, con un poco más de trabajo, puede que rindan frutos en un trabajo más autoral. Sin perjuicio de ello, naturalmente se trata de un demo, cosa para lo que precisamente existen: tener un primer registro de cómo se está sonando para luego, desde ahí, orientar el trabajo. El primer paso está dado.

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martes, 29 de septiembre de 2015

Trostrigo – Airealverso (2012)

       Una de las cosas que se ha puesto de moda en estos últimos años es hacer folk. Un género que comenzó más definido en sus términos, pero que con el correr del tiempo se ha ido combinando y ha estado coqueteando con otros tantos que finalmente, hoy en día, es difícil definir con exactitud tanto el alcance del concepto como qué artistas pueden ser incluidos dentro del mismo. En honor a la simplicidad, por tanto, entenderemos para los alcances del ejercicio que pueden catalogarse dentro de dicho género musical todos aquellos músicos que practiquen algún tipo de raíz folclórica de cualquier tipo. En tal caso, inseparable de su acústica de cuerdas de nylon y cuajada de pegatinas, TROSTRIGO, músico local oriundo de la ciudad de Rancagua y actualmente radicado en Argentina, puede incluirse en la lista. Sin embargo, tal como lo incierto y extendido del concepto de folk, también lo está el catálogo de músicos que de una u otra forma lo practican. Y ahí es donde es posible comenzar a separar el trigo de la simple maleza: si bien la música en esencia es simple, anclada principalmente a guitarra acústica y voz, eso no quiere decir que la simpleza sea garantía de un resultado apropiado. Visto desde el otro lado, si bien al folk se le han acoplado elementos del rock, el pop, el indie, sea lo que sea que signifique hoy en día eso, aquello no quiere decir que necesariamente dichos elementos aporten a la mezcla. En el caso de TROSTRIGO y este disco del año 2012, ambos supuestos son satisfechos de manera más que apropiada: su voz característica se funde de manera simbiótica con sus arpegios, y la riqueza de los arreglos musicales son un aporte de frescura y fuerza a sus sencillas pero efectivas canciones.

       La placa abre con “Genipsis”, una canción que marca la pauta de lo que será casi todo el disco: una combinación de acordes o un arpegio de guitarra al que comienzan a acoplarse otros instrumentos como percusión o teclados y que van haciendo crecer la canción hasta el clímax en el coro. Así también se da en piezas como “Tsunami”, “Disparos de Flecha” y la preciosa “Martina”. El disco fluye ágil y fresco, con los versos sutiles y elegantes, pero sin caer en cursilerías o provocaciones innecesarias, recurso al que algunos apelan y que puede ser legítimo, pero que muchas veces no obedece a reales propósitos artísticos y finalmente terminan en pirotecnia verbal o acrobacias lingüísticas que poco aportan. Nada de eso puede verse en “AIREALVERSO”, un disco que si bien enriquece la raíz folk presente en todas las canciones con elementos de cierta sensibilidad pop, se mantiene como un trabajo íntimo y cálido, algo que se agradece porque puede parecer simple, pero conseguir esa sensación de cercanía con el auditor no se consigue sólo rasgueando una guitarra. Se requiere algo más y TROSTRIGO lo tiene.

       Otra cosa que se agradece de la placa es que exuda un aire juguetón, casi infantil, que permea todas las canciones. Desde algunos versos, palmas de manos sonando, la forma de algunos arpegios o algunos particulares samples, como aquellos en “Curvas extranjeras” que a varios puede recordarles los días frente a la Nintendo, a lo largo de toda la extensión de “AIREALVERSO” se puede sentir que TROSTRIGO nunca perdió su espíritu de niño, esa capacidad de soñar, divagar, imaginar y jugar que a muchos, llegada la edad adulta, se les va secando y termina por hacérseles una costra para finalmente caérseles. Eso explica el gris de las grandes ciudades y la vida moderna y por eso es que escuchar un disco como “AIREALVERSO” a la vez gratifica y emociona. Y no es que el disco sea pura oda al amor o conceptos abstractos, porque desde esa misma trinchera de niño con su resortera, TROSTRIGO se encarga de dar un par de palos bien dados en la que se erige como una de los mejores cortes del disco como lo es “Doleser”, una canción más cercana al pop, con un ritmo para seguir con la cabeza y donde con frases tan brillantes como simples se burla de lo adulto, lo que ha de considerarse correcto según nos dicen, aquello a lo que tenemos que aspirar, con muestras como “Normal temer al que siente/Normal que crezcan miserias al frente/Alimentarse de muerte/Normal igualar objeto a mujeres”. Simple, preciso y directo.

       Actualmente TROSTRIGO tiene siete discos publicados, entre discos larga duración y EPs, y ha logrado mostrar su trabajo en distintas plataformas tanto en Argentina como en Chile. Desde su primer disco, que data del 2009, venía ya puliendo la fórmula de su folk con tintes de otros géneros aunque es en este disco, “AIREALVERSO” donde la fórmula logra cuajar de manera íntegra. De ahí en adelante, todo fue para mejor. Una invitación a disfrutar tanto sus trabajos más antiguos como su más nuevo material.

lunes, 28 de septiembre de 2015

Ruta 1210 – Ahora Golpean los Hijos del Golpe (2015)

       Las reinvenciones son buenas. O al menos es lo que se suele decir. Casi como una especie de cliché, resuena una y otra vez la idea de que dejar atrás el pasado y volver al ataque ataviado de un aspecto, perspectiva o enfoque diferente es necesariamente algo provechoso. Y puede serlo. Estar escribiendo esto y volver a empaparse de música a través de un medio de comunicación, ya no la radio sino que este blog, es sin duda algo grato. Supongo que puede considerarse una especie de reinvención de lo que hacía antes, y me era imposible no hacer aunque sea este breve comentario al respecto, pero eso no quiere decir que reinventarse sea necesariamente correcto. Tampoco que sea totalmente posible. Prueba de ellos es el primer disco de RUTA 1210, banda oriunda de la Región Metropolitana, que presenta este 2015 su trabajo “AHORA GOLPEAN LOS HIJOS DEL GOLPE”. Porque no se puede hablar de RUTA 1210 sin al menos mencionar a HEREDEROS DE NADA, extinta banda de la escena punk rock local de la que, luego de procesos internos de cambio, apareció RUTA 1210. Y es que la propuesta de RUTA 1210 de desmarcarse de lo que hacía HEREDEROS DE NADA es clara y evidente, dando un giro desde el punk rock que hacían, bastante elaborado y rico en arreglos, hacia un rock más tradicional, aunque manteniendo firme el estandarte de reivindicaciones sociales en las letras. El ejercicio resulta, aunque a medias. Pero que no se malentienda la idea: se trata de un gran disco y con propuestas interesantes. Lo que no resulta tanto es la reinvención y queda más una sensación de que los mejores momentos de la banda se perciben cuando actúan naturalmente. Y la naturaleza tiende a regresar al punk rock más propio de HEREDEROS DE NADA.

       El disco abre con “Fariseos”, una potente canción en clave de punk rock acelerado que hace de la referencia bíblica algo muy terrenal disparando a quienes “han privatizado el paraíso a su favor”. Un buen puntapié inicial hacia lo que será una extensa placa de casi una hora de duración en donde se recorren diversos tópicos de la vida cotidiana y con la tensión distribuida apropiadamente a través del orden de las canciones. Sin embargo, no termina de cuajar como algo completamente distinto a lo que hacía la banda de la que nació RUTA 1210. Puede sonar majadero el punto, pero es así: sin dudas y probablemente para cualquiera que escuche el disco, los mejores momentos de “AHORA GOLPEAN LOS HIJOS DEL GOLPE” son cuando la banda gira de manera espontánea, casi instintivamente, hacia el punk rock. Hay matices y momentos en que se tiende hacia un rock más reposado, con riffs y quiebres que no dejan de sonar interesantes, pero cuando la banda pisa el acelerador es cuando el auditor comienza de manera automática a marcar el tempo con los pies o incluso a moverse en su asiento y hasta hacer amago de bailar. Ejemplos de esto son canciones como “Hasta el fin” en donde las letras tienden más a la introspección sentimental, “Yo rebelde”, una brillante autocrítica a la protesta del punkie que no tiene idea de por qué está tirando piedras, o “No más” que se erige como una fuerte declaración de rebeldía, todas excelentes piezas en donde la banda muestra su afilada artillería de versos bien elaborados, interesantes juegos de guitarra y el traqueteo bajo/batería en clave de punk que tan bien les queda.

       En general se trata de un disco parejo, pero hay dos momentos en donde la banda roza la brillantez: “Odlanier Mena” e “Hijos del Golpe”, ambas muy distintas entre sí aunque con la característica común, una vez más, de tener un ritmo acelerado y veloz. “Odlanier Mena” es una canción sobre el militar chileno encarcelado por violaciones a los Derechos Humanos durante la dictadura de Pinochet en la cárcel hotel que era el penal Cordillera y que cuando supo de su cierre se voló la cabeza de un disparo. La letra es verdaderamente escalofriante, con una riqueza narrativa que deja clarísimo el cuadro, en donde el militar criminal divaga entre sus recuerdos, sus fantasmas y en donde se asiste al declive de una psique enferma y patética, todo acompañado de un punk rock alternando entre la velocidad y los quiebres más arrastrados, en donde destaca el trabajo de las guitarras. Una canción tremenda. “Hijos del Golpe” es, en cambio, una andanada de rabia y furor de quien quiere, nunca mejor dicho, devolver el golpe tomando como catalizador la rabia para levantar las banderas de lucha en clave de himno de punk rock de estadio que incluye hasta un solo de slide guitar y citas a Joe Strummer. Ideal para escuchar antes de ir una marcha.

       El resto de la placa deambula entre distintos géneros como un rock más reposado con trazas que recuerdan a Pixies (“Frescos de Raja”), momentos para el ska instrumental (“Skamental”), guiños al rock más tradicional de los años cincuenta (“Felinos”) y canciones que están en un término medio entre el rock más cercano a los riffs y el punk rock más de manual (“Seremos tu miedo”). Terminada la escucha, vuelve una vez más la idea de que cuando RUTA 1210 mejor suena es cuando parece volverse hacia su esencia. Un más que interesante trabajo autogestionado y editado por los mismos RUTA 1210 que hace ver el panorama de la banda y lo que pueda entregar en el futuro como más que interesante. Habrá que ver hacia dónde emprenden el rumbo y si deciden seguir intentando el cambio hacia otros géneros musicales o se quedan donde parecen más cómodos. La decisión, al final del día y en todo caso, siempre será de ellos.