Comenzar algo nunca es sencillo y el primer paso
siempre cuesta. Sin embargo, hay ocasiones en donde sea por el bagaje de los
involucrados o por puro talento, el ejercicio resulta bien. Puede que no del
todo perfecto, pero funciona. Este es el caso de “EXILIADOS”, el breve EP que
es el debut discográfico de EXILIADOS, banda de punk rock oriunda de Melipilla,
que en menos de quince minutos, si bien con algunos ripios que se repasarán a
continuación, consiguen salir airosos de la dura prueba para todo músico como
lo es debutar registrando material.
La breve placa inicia con “La Pichanga”, pieza
en la cual queda de inmediato manifiesto la idea musical tras la propuesta:
punk rock duro, intenso, pesado, que flirtea con el hardcore e incluso con el
metal, con una voz cantante rasposa y áspera, baterías aceleradas, guitarras
crujientes y letras directas, aunque con un correcto uso del lenguaje, cosa que
se agradece pues ese tópico suele ser una recurrente cojera en otras bandas
locales del género. Acá hay discurso claro, aunque elaborado de manera apropiada.
Y se dispara contra lo de siempre: la injusticia, la desigualdad, la corrupción
y todas esas cosas que por desgracia no pasan nunca de moda porque se mantienen
en el tiempo. La placa fluye veloz hasta llegar a “Eruditos”, primer corte
promocional, incluso con un videoclip de presencia en YouTube, y que sin duda es el punto más alto del
trabajo. Canción rabiosa y acelerada, con un coro potente y una brillante letra
en donde se dispara sin piedad ni filtro contra la estupidez masiva y
generalizada que han provocado los smartphones e internet en una masa cada más
ignorante, pero a la vez muy empoderada, que ha devenido en este espécimen de
hoy en día como lo es el erudito de redes sociales, un completo ignorante pero que
se siente muy sabio y entendido en todo. El resultado es una canción brillante,
que pega justo donde a algunos más va a dolerle y por lo mismo cumple a
cabalidad con la premisa del punk rock: canción corta, memorable y molesta.
El principal problema del disco es que salvo el
corte promocional, que sin duda destaca, todo lo que le sigue no difiere mucho
de lo que vino antes, aquella canción está
justo en el medio del material, y queda la sensación de que las demás
canciones suenan todas entre sí peligrosamente parecidas, casi como si se
tratara de las distintas partes de un mismo todo. Y claro, se entiende que en
un disco debiese haber cierta identidad entre las canciones que lo conforman,
pero en este caso se llega incluso a momentos planos, genéricos y carentes de
lo más importante en un músico, y un artista en general: la capacidad de
imprimirle un tinte autoral a su trabajo. En ese sentido, las canciones suenan
como podría sonar cualquier canción de cualquier banda de punk rock en
cualquier parte. Es cierto, el género musical demanda sobre todo simpleza, pero
eso no es lo mismo que falta de originalidad o de ideas, THE RAMONES no puede ser
más simple y es reconocible en cualquier punto del universo, y en ese sentido
EXILIADOS demuestra que está recién comenzando su camino. Un tándem de dos
guitarras podría ser un excelente primer paso para darle riqueza musical y
variedad al sonido, cabe citar, solo a modo de ejemplo, el trabajo de bandas
como SEGISMUNDO TOXICÓMANO o DISIDENCIA, que si bien no hacen exactamente lo
que propone EXILIADOS son una buena muestra de lo planteado en el sentido del
aprovechamiento de los juegos de guitarra y cómo eso puede hacer progresar las
canciones.
Más allá del problema mencionado, que es del
todo solucionable, EXILIADOS propone un trabajo honesto y serio, en términos de
calidad técnica de sonido el disco es impecable, un debut auspicioso, con un
corte promocional brillante y un puñado de canciones que son un buen material de
base como punto de partida a encontrar un sonido propio y personal. Comenzar
algo nunca es sencillo y el primer paso siempre cuesta, pero si como en este
caso está la materia prima, las ganas y la seriedad, todo se hace más
llevadero. Lo demás vendrá solo.