miércoles, 30 de septiembre de 2015

Resistencia Multi-Drogas – Personajes Olvidados (2015)

       El tema de las etiquetas en géneros es complicado en la música y la verdad sea dicha, es complicado incluso fuera de la misma. Poder definir bajo qué bandera se puede ubicar determinado artefacto o pieza de arte, suele ser problemático y en muchos casos llegar a coartar la creatividad o a mutilar las diversas creaciones debido a que alguien dijo que las cosas no tenían que ser así. Sin embargo, también pueden producir el problema desde dentro, en donde sea el mismo artista el que no tenga claro qué es lo que quiere hacer. Algo así es lo que sucede con “PERSONAJES OLVIDADOS”, este primer demo de la banda local RESISTENCIA MULTI-DROGAS que si bien tiene momentos interesantes, no consigue todavía dar con la hebra de lo que realmente quiere hacer. Hay ganas y eso se nota, pero todavía no dan con la fórmula de aquello que toda banda, y artista en general, debiese aspirar a encontrar: un sello personal y reconocible.

       A lo largo de las seis canciones que componen el material pueden verse distintas tonalidades, texturas e ideas que van desde el rock de los noventas que pululaba entre momentos de calma etérea y rabia desbocada, pasando por cosas cercanas al hardcore, el punk rock e incluso pasajes que suenan a post punk. Aquello no tiene nada de malo en principio, pero si no se canaliza a través de al menos una idea conceptual o musical concreta, es imposible no caer en una cierta sensación de confusión. “Fals@s” es una canción de ritmo apropiado y una construcción sónica que incluso recuerda al Supersordo de los noventas, pero el tema musical sólo es eso, un esbozo de algo que podría haber sido más. Misma cosa pasa con “Idiotas” que prometía punk rock, con incluso un interesante puente musical, cuatro golpes al hi hat de la batería para luego volver sobre sí misma, dejando con las ganas del coro que nunca llegó. Los mejores momentos de la banda son aquellos en donde combinan pasajes de guitarra suave y limpia con otros tantos colmados de saturada distorsión. Esto puede verse en “No saco nada” que tiene una línea musical interesante y unos quiebres que le quitan la monotonía al tono lánguido de la guitarra y que cierra con un solo de guitarra disonante. Sin embargo, lo citado anteriormente se puede ver con todavía mayor claridad en “El es el enviado de Dios”, por lejos la canción más interesante de todo el trabajo. En tono irónico crea una atmósfera saturada, alternando sistemáticamente distorsión y guitarra limpia, que va en aumento hasta llegar a su clímax en un solo de guitarra del que luego el tema regresa hasta cerrar de manera suave. Es en esta pieza donde puede percibirse el germen de lo que se mencionaba al comienzo: un sonido propio. Es por lejos donde la banda suena más cómoda, natural y, sobre todo, definida.

       El punto más bajo del demo, aunque eso no es necesariamente un problema de la banda, es la mala calidad del sonido lo que impide entender las frases musicales de los instrumentos y sobre todo las letras de manera apropiada. Con un sonido mejor, tal vez podrían percibirse de mejor manera las ideas esbozadas que, con un poco más de trabajo, puede que rindan frutos en un trabajo más autoral. Sin perjuicio de ello, naturalmente se trata de un demo, cosa para lo que precisamente existen: tener un primer registro de cómo se está sonando para luego, desde ahí, orientar el trabajo. El primer paso está dado.

Descarga el disco aquí

martes, 29 de septiembre de 2015

Trostrigo – Airealverso (2012)

       Una de las cosas que se ha puesto de moda en estos últimos años es hacer folk. Un género que comenzó más definido en sus términos, pero que con el correr del tiempo se ha ido combinando y ha estado coqueteando con otros tantos que finalmente, hoy en día, es difícil definir con exactitud tanto el alcance del concepto como qué artistas pueden ser incluidos dentro del mismo. En honor a la simplicidad, por tanto, entenderemos para los alcances del ejercicio que pueden catalogarse dentro de dicho género musical todos aquellos músicos que practiquen algún tipo de raíz folclórica de cualquier tipo. En tal caso, inseparable de su acústica de cuerdas de nylon y cuajada de pegatinas, TROSTRIGO, músico local oriundo de la ciudad de Rancagua y actualmente radicado en Argentina, puede incluirse en la lista. Sin embargo, tal como lo incierto y extendido del concepto de folk, también lo está el catálogo de músicos que de una u otra forma lo practican. Y ahí es donde es posible comenzar a separar el trigo de la simple maleza: si bien la música en esencia es simple, anclada principalmente a guitarra acústica y voz, eso no quiere decir que la simpleza sea garantía de un resultado apropiado. Visto desde el otro lado, si bien al folk se le han acoplado elementos del rock, el pop, el indie, sea lo que sea que signifique hoy en día eso, aquello no quiere decir que necesariamente dichos elementos aporten a la mezcla. En el caso de TROSTRIGO y este disco del año 2012, ambos supuestos son satisfechos de manera más que apropiada: su voz característica se funde de manera simbiótica con sus arpegios, y la riqueza de los arreglos musicales son un aporte de frescura y fuerza a sus sencillas pero efectivas canciones.

       La placa abre con “Genipsis”, una canción que marca la pauta de lo que será casi todo el disco: una combinación de acordes o un arpegio de guitarra al que comienzan a acoplarse otros instrumentos como percusión o teclados y que van haciendo crecer la canción hasta el clímax en el coro. Así también se da en piezas como “Tsunami”, “Disparos de Flecha” y la preciosa “Martina”. El disco fluye ágil y fresco, con los versos sutiles y elegantes, pero sin caer en cursilerías o provocaciones innecesarias, recurso al que algunos apelan y que puede ser legítimo, pero que muchas veces no obedece a reales propósitos artísticos y finalmente terminan en pirotecnia verbal o acrobacias lingüísticas que poco aportan. Nada de eso puede verse en “AIREALVERSO”, un disco que si bien enriquece la raíz folk presente en todas las canciones con elementos de cierta sensibilidad pop, se mantiene como un trabajo íntimo y cálido, algo que se agradece porque puede parecer simple, pero conseguir esa sensación de cercanía con el auditor no se consigue sólo rasgueando una guitarra. Se requiere algo más y TROSTRIGO lo tiene.

       Otra cosa que se agradece de la placa es que exuda un aire juguetón, casi infantil, que permea todas las canciones. Desde algunos versos, palmas de manos sonando, la forma de algunos arpegios o algunos particulares samples, como aquellos en “Curvas extranjeras” que a varios puede recordarles los días frente a la Nintendo, a lo largo de toda la extensión de “AIREALVERSO” se puede sentir que TROSTRIGO nunca perdió su espíritu de niño, esa capacidad de soñar, divagar, imaginar y jugar que a muchos, llegada la edad adulta, se les va secando y termina por hacérseles una costra para finalmente caérseles. Eso explica el gris de las grandes ciudades y la vida moderna y por eso es que escuchar un disco como “AIREALVERSO” a la vez gratifica y emociona. Y no es que el disco sea pura oda al amor o conceptos abstractos, porque desde esa misma trinchera de niño con su resortera, TROSTRIGO se encarga de dar un par de palos bien dados en la que se erige como una de los mejores cortes del disco como lo es “Doleser”, una canción más cercana al pop, con un ritmo para seguir con la cabeza y donde con frases tan brillantes como simples se burla de lo adulto, lo que ha de considerarse correcto según nos dicen, aquello a lo que tenemos que aspirar, con muestras como “Normal temer al que siente/Normal que crezcan miserias al frente/Alimentarse de muerte/Normal igualar objeto a mujeres”. Simple, preciso y directo.

       Actualmente TROSTRIGO tiene siete discos publicados, entre discos larga duración y EPs, y ha logrado mostrar su trabajo en distintas plataformas tanto en Argentina como en Chile. Desde su primer disco, que data del 2009, venía ya puliendo la fórmula de su folk con tintes de otros géneros aunque es en este disco, “AIREALVERSO” donde la fórmula logra cuajar de manera íntegra. De ahí en adelante, todo fue para mejor. Una invitación a disfrutar tanto sus trabajos más antiguos como su más nuevo material.

lunes, 28 de septiembre de 2015

Ruta 1210 – Ahora Golpean los Hijos del Golpe (2015)

       Las reinvenciones son buenas. O al menos es lo que se suele decir. Casi como una especie de cliché, resuena una y otra vez la idea de que dejar atrás el pasado y volver al ataque ataviado de un aspecto, perspectiva o enfoque diferente es necesariamente algo provechoso. Y puede serlo. Estar escribiendo esto y volver a empaparse de música a través de un medio de comunicación, ya no la radio sino que este blog, es sin duda algo grato. Supongo que puede considerarse una especie de reinvención de lo que hacía antes, y me era imposible no hacer aunque sea este breve comentario al respecto, pero eso no quiere decir que reinventarse sea necesariamente correcto. Tampoco que sea totalmente posible. Prueba de ellos es el primer disco de RUTA 1210, banda oriunda de la Región Metropolitana, que presenta este 2015 su trabajo “AHORA GOLPEAN LOS HIJOS DEL GOLPE”. Porque no se puede hablar de RUTA 1210 sin al menos mencionar a HEREDEROS DE NADA, extinta banda de la escena punk rock local de la que, luego de procesos internos de cambio, apareció RUTA 1210. Y es que la propuesta de RUTA 1210 de desmarcarse de lo que hacía HEREDEROS DE NADA es clara y evidente, dando un giro desde el punk rock que hacían, bastante elaborado y rico en arreglos, hacia un rock más tradicional, aunque manteniendo firme el estandarte de reivindicaciones sociales en las letras. El ejercicio resulta, aunque a medias. Pero que no se malentienda la idea: se trata de un gran disco y con propuestas interesantes. Lo que no resulta tanto es la reinvención y queda más una sensación de que los mejores momentos de la banda se perciben cuando actúan naturalmente. Y la naturaleza tiende a regresar al punk rock más propio de HEREDEROS DE NADA.

       El disco abre con “Fariseos”, una potente canción en clave de punk rock acelerado que hace de la referencia bíblica algo muy terrenal disparando a quienes “han privatizado el paraíso a su favor”. Un buen puntapié inicial hacia lo que será una extensa placa de casi una hora de duración en donde se recorren diversos tópicos de la vida cotidiana y con la tensión distribuida apropiadamente a través del orden de las canciones. Sin embargo, no termina de cuajar como algo completamente distinto a lo que hacía la banda de la que nació RUTA 1210. Puede sonar majadero el punto, pero es así: sin dudas y probablemente para cualquiera que escuche el disco, los mejores momentos de “AHORA GOLPEAN LOS HIJOS DEL GOLPE” son cuando la banda gira de manera espontánea, casi instintivamente, hacia el punk rock. Hay matices y momentos en que se tiende hacia un rock más reposado, con riffs y quiebres que no dejan de sonar interesantes, pero cuando la banda pisa el acelerador es cuando el auditor comienza de manera automática a marcar el tempo con los pies o incluso a moverse en su asiento y hasta hacer amago de bailar. Ejemplos de esto son canciones como “Hasta el fin” en donde las letras tienden más a la introspección sentimental, “Yo rebelde”, una brillante autocrítica a la protesta del punkie que no tiene idea de por qué está tirando piedras, o “No más” que se erige como una fuerte declaración de rebeldía, todas excelentes piezas en donde la banda muestra su afilada artillería de versos bien elaborados, interesantes juegos de guitarra y el traqueteo bajo/batería en clave de punk que tan bien les queda.

       En general se trata de un disco parejo, pero hay dos momentos en donde la banda roza la brillantez: “Odlanier Mena” e “Hijos del Golpe”, ambas muy distintas entre sí aunque con la característica común, una vez más, de tener un ritmo acelerado y veloz. “Odlanier Mena” es una canción sobre el militar chileno encarcelado por violaciones a los Derechos Humanos durante la dictadura de Pinochet en la cárcel hotel que era el penal Cordillera y que cuando supo de su cierre se voló la cabeza de un disparo. La letra es verdaderamente escalofriante, con una riqueza narrativa que deja clarísimo el cuadro, en donde el militar criminal divaga entre sus recuerdos, sus fantasmas y en donde se asiste al declive de una psique enferma y patética, todo acompañado de un punk rock alternando entre la velocidad y los quiebres más arrastrados, en donde destaca el trabajo de las guitarras. Una canción tremenda. “Hijos del Golpe” es, en cambio, una andanada de rabia y furor de quien quiere, nunca mejor dicho, devolver el golpe tomando como catalizador la rabia para levantar las banderas de lucha en clave de himno de punk rock de estadio que incluye hasta un solo de slide guitar y citas a Joe Strummer. Ideal para escuchar antes de ir una marcha.

       El resto de la placa deambula entre distintos géneros como un rock más reposado con trazas que recuerdan a Pixies (“Frescos de Raja”), momentos para el ska instrumental (“Skamental”), guiños al rock más tradicional de los años cincuenta (“Felinos”) y canciones que están en un término medio entre el rock más cercano a los riffs y el punk rock más de manual (“Seremos tu miedo”). Terminada la escucha, vuelve una vez más la idea de que cuando RUTA 1210 mejor suena es cuando parece volverse hacia su esencia. Un más que interesante trabajo autogestionado y editado por los mismos RUTA 1210 que hace ver el panorama de la banda y lo que pueda entregar en el futuro como más que interesante. Habrá que ver hacia dónde emprenden el rumbo y si deciden seguir intentando el cambio hacia otros géneros musicales o se quedan donde parecen más cómodos. La decisión, al final del día y en todo caso, siempre será de ellos.