lunes, 23 de marzo de 2020

Sondei – Metamizol (2019)

“Vamos a necesitar buena música”. La frase se coloca entre comillas para dar contexto al momento en que se realiza esta reseña. El mundo atraviesa por una pandemia en donde un virus ha asolado prácticamente a todo el planeta, contagiando a muchos miles de seres humanos, y por desgracia, también matando a tantos otros miles. Cuando después todo haya pasado y esto no sea más que un recuerdo del que aprender, leer esta introducción será precisamente parte de ese recordatorio: la música nos hace más llevaderos los momentos complejos. Y al repasar este material, eso queda de manifiesto. Porque la escucha de “METAMIZOL” de SONDEI puede hacer que un mal momento sea algo más llevadero, gracias al elegante sonido pop rock acústico, interpretado con una particular sensibilidad, lo que tiñe al material de un aura especial, más que apropiada para situaciones como la que se describe.

Entrando en materia, “METAMIZOL” es el breve debut musical de SONDEI, anteriormente denominado DÍA DE SOL, proyecto solista que también funciona como banda, en propias palabras del músico detrás del mismo, Cristián Arroyo. El cantautor, como se decía, ofrece una propuesta de pop rock acústico y es oriundo de Concepción, algo que se le nota. Primero, porque el material es de una altísima calidad en todo sentido, desde el nivel compositivo hasta la brillante ejecución y producción, ¿qué comerán o respirarán en Concepción que son tan buenos para hacer música?, y porque también resultan visibles las influencias de grandes nombres salidos de aquella ciudad, nombres como LOS BUNKERS y, por supuesto, LOS TRES. Hay un sello autoral propio, cosa notable en un trabajo debut, lo que demuestra que el artista tras la propuesta tiene cierto bagaje musical, pero no puede dejar de sonar como un disco penquista, con todo lo que eso implica, cuestión que solo contribuye a darle mayor valor agregado al trabajo, un orgullo más de la sureña ciudad cuna de una parte importante de la buena música de estos lados en el último tiempo.

Se trata de un trabajo de cinco canciones que inicia con “Los que luchan”, donde ya el influjo Concepción se hace presente. Con una letra denunciando graves injusticias sociales, la canción avanza en una progresión de acordes que recuerda al “Déjate Caer” de LOS TRES y cuando todo parece ir en ese sentido, una guitarra que perfectamente pudo ser de alguno de los hermanos Durán de LOS BUNKERS amalgama las melodías en una canción elegante y con contenido, punto más alto del disco y con pasta de corte promocional. Le sigue “Jony”, una dulce balada que si bien incurre en una estructura de acordes algo trillada, la elegante letra y la pasión de la voz cantante, junto a unos cuidados arreglos, la hacen salir airosa de un trámite que en manos más inexpertas devendría en algo predecible y olvidable. Otro punto alto es “Que no callen tus sueños”, que con una marchosa base rítmica de bajo y batería como soporte, construye elegantes juegos de guitarra acústica hasta llegar a un coro que recuerda a “Que no destrocen tu vida” de LOS PRISIONEROS, aunque con un toque muy autoral y propio. Cierra la placa “Caminar hacia adentro”, una lánguida canción colmada de introspección y nostalgia, con una larga salida instrumental, etérea y cándida, pero también triste y melancólica, apropiado punto de término a un disco que en poco más de diez minutos consigue mostrar las credenciales artísticas del proyecto.

Son tiempos extraños los que corren al momento en que esta reseña es realizada. Porque las sensaciones no son las mejores, y afloran miedos, incertidumbres y angustias por no saber qué es lo que vendrá. Sin embargo, con piezas como “METAMIZOL” de SONDEI se puede llegar a pasar un momento agradable, con letras que de igual manera critican lo que debe ser criticado y ensalzan con belleza lo que vale la pena. Porque siempre hay cosas que valdrán la pena, aunque a momentos parezca que no. Este trabajo es más que recomendado para volver a experimentar eso en días complejos. Como se anunciaba, vamos a necesitar buena música; lo bueno es que sigue habiéndola.