lunes, 12 de noviembre de 2018

Obssesion – Ciegos a voluntad (2018)

El segundo trabajo de un artista siempre es importante. Sirve para dejar atrás lo que puede haber sido un debut, sobre todo si fue auspicioso, y permite ir decantando un estilo autoral y propio. Sin embargo, hay ocasiones en que sea por inexperiencia, ansiedad, o un deseo demasiado grande por generar material, a veces se saltan etapas y los resultados no son tan satisfactorios. No tiene nada de malo, es natural en cualquier proceso creativo, siempre se puede volver a empezar y lo más importante es saber volver sobre los propios pasos cuando es necesario. Es esto lo que se percibe en “CIEGOS A VOLUNTAD”, segundo trabajo de OBSSESION, banda con sonidos de fuerte influencia metal, oriunda de Copiapó, que recién el 2017 había presentado su disco debut “ARMAGGEDON”. Y si aquella placa sorprendía con simpleza y frescura, lo exhibido en “CIEGOS A VOLUNTAD” no va tan por este camino.

Es un disco con puntos altos y otros no tanto, de hecho se perciben elementos del primer registro que ahora aparecen mejorados, como por ejemplo la voz cantante, pero el material parece algo plano, perdiéndose buena parte de la frescura que la banda mostrara en su primer material. La placa abre con la canción que da título al disco y desde entonces puede percibirse aquella aura de cierta monotonía, con pasajes musicales demasiado largos y reiterativos, a su vez introducciones muy extensas y todo eso va generando una sensación de estar escuchando lo mismo demasiadas veces. Puede influir en esto que seis de las siete canciones exceden los seis minutos de duración y eso puede estar bien, sobre todo en géneros como el que cultiva la banda, pero si no hay variaciones o algunos quiebres, en particular en el trabajo se extrañan las interacciones entre dos guitarras, es muy posible que el trabajo termine en cierta redundancia.

La placa avanza con “Falsa Rebeldía”, que trata un punto interesante y no tan recurrente, sobre todo en el rock, y “Me asfixio en tu imagen”, que pesada y machacante, recuerda un poco al primer ALICE IN CHAINS y entrega un interesante diálogo de guitarras; es a esto a lo que se apunta con la mención, que cuando OBSSESION se decide a salir del patrón de la nota base y suelta las amarras el resultado es bueno. Sin embargo, ya adentrados en casi quince minutos de material, la sensación de estar ante un disco con pocos matices en cierta manera se ha instalado y lo que viene después no ayuda a quitarla de encima. “Desertor” es de los puntos más altos del disco, tanto por la atingente letra como por la presencia de esos quiebres tan pasados a metal ochentero que enriquecen tanto su primer disco. “Súbditos” también ofrece interacciones interesantes entre las guitarras, pero el tema, lejos del crescendo que se busca, se diluye en, una vez más, la excesiva extensión. “Tu avaricia será en vano” es un interesante cierre, una canción con algunos matices, pero que tampoco alcanza a ser una pieza con distintas secciones musicales. Tal vez reduciendo la extensión, retirando algunos pasajes y simplificando las cosas el resultado habría sido un poco menos agotador. Para entonces, los casi cuarenta minutos de la placa parecen haber sido incluso un poco más.

En este mismo sitio, la reseña a “ARMAGGEDON”, disco debut de OBSSESION, comenzaba con una mención a aquella máxima acuñada por un exponente de la corriente arquitectónica Bauhaus, pero que aplica a prácticamente todo: “Menos es más”. La frescura y la potencia de aquel primer trabajo radicaban en eso. Metal sin grandes florituras técnicas pero que olía a calle. En “CIEGOS A VOLUNTAD” se nota que hay un deseo de evolucionar, pero darle mayor complejidad a las cosas no necesariamente implicará un avance. Porque eso se nota: el sonido es mejor, como se decía, la voz cantante está más trabajada, hay una evolución en las letras y en general la propuesta busca ser más profunda. Sin embargo, el resultado se percibe algo pesado y sobrecargado y en ese afán de avanzar, puede haberse incurrido en algunos excesos. Tal vez haber registrado algunas demos antes de despachar el material final pudo haber ayudado, las decisiones musicales de una banda son algo muy delicado para sus integrantes, pero el asunto es que este segundo disco de OBSSESION no suena mal, pero sin duda pudo haber resultado mejor. Lo bueno es que talento, seriedad y dedicación a la banda no le faltan. Teniendo eso de su lado, es cosa de tiempo para encontrar el camino.

viernes, 26 de octubre de 2018

Exiliados – "Exiliados" (2018)

Comenzar algo nunca es sencillo y el primer paso siempre cuesta. Sin embargo, hay ocasiones en donde sea por el bagaje de los involucrados o por puro talento, el ejercicio resulta bien. Puede que no del todo perfecto, pero funciona. Este es el caso de “EXILIADOS”, el breve EP que es el debut discográfico de EXILIADOS, banda de punk rock oriunda de Melipilla, que en menos de quince minutos, si bien con algunos ripios que se repasarán a continuación, consiguen salir airosos de la dura prueba para todo músico como lo es debutar registrando material.

La breve placa inicia con “La Pichanga”, pieza en la cual queda de inmediato manifiesto la idea musical tras la propuesta: punk rock duro, intenso, pesado, que flirtea con el hardcore e incluso con el metal, con una voz cantante rasposa y áspera, baterías aceleradas, guitarras crujientes y letras directas, aunque con un correcto uso del lenguaje, cosa que se agradece pues ese tópico suele ser una recurrente cojera en otras bandas locales del género. Acá hay discurso claro, aunque elaborado de manera apropiada. Y se dispara contra lo de siempre: la injusticia, la desigualdad, la corrupción y todas esas cosas que por desgracia no pasan nunca de moda porque se mantienen en el tiempo. La placa fluye veloz hasta llegar a “Eruditos”, primer corte promocional, incluso con un videoclip de presencia en YouTube,  y que sin duda es el punto más alto del trabajo. Canción rabiosa y acelerada, con un coro potente y una brillante letra en donde se dispara sin piedad ni filtro contra la estupidez masiva y generalizada que han provocado los smartphones e internet en una masa cada más ignorante, pero a la vez muy empoderada, que ha devenido en este espécimen de hoy en día como lo es el erudito de redes sociales, un completo ignorante pero que se siente muy sabio y entendido en todo. El resultado es una canción brillante, que pega justo donde a algunos más va a dolerle y por lo mismo cumple a cabalidad con la premisa del punk rock: canción corta, memorable y molesta.

El principal problema del disco es que salvo el corte promocional, que sin duda destaca, todo lo que le sigue no difiere mucho de lo que vino antes, aquella canción está  justo en el medio del material, y queda la sensación de que las demás canciones suenan todas entre sí peligrosamente parecidas, casi como si se tratara de las distintas partes de un mismo todo. Y claro, se entiende que en un disco debiese haber cierta identidad entre las canciones que lo conforman, pero en este caso se llega incluso a momentos planos, genéricos y carentes de lo más importante en un músico, y un artista en general: la capacidad de imprimirle un tinte autoral a su trabajo. En ese sentido, las canciones suenan como podría sonar cualquier canción de cualquier banda de punk rock en cualquier parte. Es cierto, el género musical demanda sobre todo simpleza, pero eso no es lo mismo que falta de originalidad o de ideas, THE RAMONES no puede ser más simple y es reconocible en cualquier punto del universo, y en ese sentido EXILIADOS demuestra que está recién comenzando su camino. Un tándem de dos guitarras podría ser un excelente primer paso para darle riqueza musical y variedad al sonido, cabe citar, solo a modo de ejemplo, el trabajo de bandas como SEGISMUNDO TOXICÓMANO o DISIDENCIA, que si bien no hacen exactamente lo que propone EXILIADOS son una buena muestra de lo planteado en el sentido del aprovechamiento de los juegos de guitarra y cómo eso puede hacer progresar las canciones.

Más allá del problema mencionado, que es del todo solucionable, EXILIADOS propone un trabajo honesto y serio, en términos de calidad técnica de sonido el disco es impecable, un debut auspicioso, con un corte promocional brillante y un puñado de canciones que son un buen material de base como punto de partida a encontrar un sonido propio y personal. Comenzar algo nunca es sencillo y el primer paso siempre cuesta, pero si como en este caso está la materia prima, las ganas y la seriedad, todo se hace más llevadero. Lo demás vendrá solo.



miércoles, 1 de agosto de 2018

Mal Intenciona2 – “Demencia cotidiana” (2018)

      Se suele decir en los círculos literarios que el libro más importante en la carrera de  un escritor es el segundo. Esto porque solo ahí podrá demostrarse que el éxito que pudo haber tenido el primero, que permitió que existiera el segundo, no solo fue algo pasajero o derechamente un golpe de suerte. La máxima en realidad aplica al trabajo de cualquier artista en general, pero se difiere un poco de ella porque no es menos cierto que conseguir que un primer trabajo sea no solo innovador y fresco, algo más o menos esperable, sino que además sólido y demuestre bagaje y sustancia es algo tanto o más difícil. Prueba de ello es el sorprendente sonido de “DEMENCIA COTIDIANA”, el disco debut de la banda MAL INTENCIONA2.

       Oriundos de Santiago de Chile, MAL INTENCIONA2 se formó en conversaciones entre cervezas y charlas sobre música y hasta ahí la historia es más o menos la misma que la de cualquier otra banda. Sin embargo, una vez que concluye la escucha de “DEMENCIA COTIDIANA” la sensación es grata; un disco macizo, sólido y variado y con una paleta musical bastante rica, algo que cuesta creer que sea el primer disco de una banda como cualquier otra. Lo que lleva a pensar entonces es que no es una banda como cualquier otra, o puede que sí, solo que se percibe una dedicación y trabajo importantes antes de siquiera pensar en el ejercicio de entrar a grabar un disco a un estudio. Así, en menos de media hora, MAL INTENCIONA2 entrega un paneo bastante amplio de lo que es su propuesta musical, que sin duda califica dentro del punk, pero con algunos matices.

       La placa inicia con “Mal intenciona2”, una energética declaración de principios y que solo abre la muestra de estilos que vendrán a continuación. Porque le suceden piezas de punk rock más marchoso, como “Lagunas mentales”, que describe una situación actual con un guiño al pasado, o “Demencia cotidiana”, primer single promocional del disco, que se tiñe de rockabilly con la apropiada incorporación de una armónica. De hecho, la banda no tiene problema alguno en pasar a un ritmo más rocanrolero y con la mencionada armónica consigue momentos en que nada tienen que envidiarle a leyendas del género como son LOS PEORES DE CHILE, por ejemplo. Aquello puede verse en el mencionado single promocional, en la divertida “Síndrome punk” y sobre todo en “No hay nada good”, brillante y ondera reversión a un clásico del inmortal Chuck Berry, con apropiadas modificaciones a la cultura y realidad local, con un ritmo preciso para ir caminando por la calle. Sin embargo, lo más destacable del disco se aprecia hacia la última parte, cuando las cosas se ponen más oscuras. “Puto sistema” es rabia machacante de bajo y batería aplastando todo lo que se le cruce y una guitarra, con un riff agudísimo, ametrallando lo que quede en pie, algo muy en sintonía con el sonido del disco “TRAGA” de FISKALES AD HOK, “Reacción social” hiede a punk ochentero, con quiebres y redobles de timbales, y “Despierta” comienza con un bajo que parece sacado del “FÁBRICAS MÁGICAS… LÁPIDAS TÉTRICAS” de BBS PARANOICOS. Entre las dos facetas de la banda, cuesta decidir cuál les queda mejor, algo que los mismos músicos son los llamados a definir, pero la diversidad le entrega a la placa una riqueza que hace que no aburra y se deje escuchar bien.

       Por supuesto, no es un trabajo perfecto y algunos ripios, tal vez propios y esperables de un disco debut, existen. La voz cantante a veces pretende sonar empoderada o furiosa y termina solo sonando no del todo bien y además sí se aprecian ciertos lugares comunes, clichés y falta de originalidad en relación a las letras, aunque eso no es pecado solo de esta banda sino un problema que ocurre más veces de lo que se quisiera en el punk actual. Sin embargo, dejando de lado eso, “DEMENCIA COTIDIANA” es un disco grato de escuchar, entretenido, que entrega un mensaje y no se amilana con ser el trabajo debut de una banda. Una que no es como cualquier otra, o puede que sí, solo que se percibe una dedicación y trabajo importantes. Eso ya marca una diferencia.

martes, 8 de mayo de 2018

Miguelitos – “En las Calles” (2018)

     Se dice que en la carrera de toda banda llega el momento en que aparece ese disco que redefine el sonido hacia algo diferente, y si la banda es buena hacia algo más grande y mejor de lo que ya estaban haciendo. En general, es algo que puede ocurrir en la carrera de cualquier artista, pero en la música es donde pueden darse los ejemplos más recurrentes. Es eso lo que ha ocurrido con MIGUELITOS y su “EN LAS CALLES”, disco que replantea la banda en términos sonoros, haciendo que suene menos como nos tenía acostumbrados y más como ellos mismos sienten que deben sonar. Tomando un referente del género musical al que la banda adscribe, se puede hacer un paralelismo con lo que ocurrió con ATTAQUE 77 y “ÁNGELES CAÍDOS”, placa de 1992 en donde la banda expandió su sonido, tanto en la riqueza de las canciones como en los instrumentos involucrados en las mismas,  y comenzó a tocar, grabar y comportarse como banda grande. Sin duda un avance, aunque cabe recordar que no fue algo que en principio le gustó a todo el mundo.

     MIGUELITOS es una banda que hace ya más de diez años viene forjando un nombre y sus credenciales en el circuito punk rock local, con ya varios discos bajo el brazo, un DVD en vivo y giras internacionales. Llegado este punto, ostenta con otros nombres como PUNKORA la posta como cabezas de cartel de nombres que aún suenan incombustibles, como FISKALES AD HOK, LOS MISERABLES o BBS PARANOICOS. Sin embargo, y aunque duela reconocerlo, esas bandas en algún momento van a dejar de tocar. Y ahí estarán estos nombres para decir presente en su momento. En ese sentido, MIGUELITOS se anota un par de tantos yendo en esa dirección con “EN LAS CALLES”, precisamente por superar algo que hasta el momento les había sido característico: MIGUELITOS, como los conocíamos, eran una incendiaria y reconocible mixtura de dos partes de punk rock y una de rock stoner. Bueno, en este nuevo material el rock stoner definitivamente sale de la ecuación. Lo bueno es que se incorporan otros elementos. Vamos por partes.

     “EN LAS CALLES” se trata de un disco macizo y compacto, dura menos de media hora pero a diferencia de otros discos de punk rock incluso de mayor duración, el material marca presencia y requiere de su tiempo para una apropiada escucha. Son doce canciones que transcurren oscilantes entre un sonido más propio del género primario de la banda, pero con interesantes alternancias hacia parcelas a momento insospechadas. La primera sorpresa aparece en la segunda canción, “Dando vueltas”, que inicia con un riff de guitarra que vislumbra algo que ocurre solo a medias porque una maravillosa sección de vientos aporta colorido y sabor a un rock and roll de la mejor factura. Y eso es solo el inicio del viaje propuesto en el disco. Le sigue “Ramonero”, primer single promocional ya presentado con anterioridad al lanzamiento de la placa y que anunciaba el nuevo sonido propuesto: rock a la vena matizado con elementos innovadores, una vez más una sección de vientos. De ahí en adelante trascurre un disco serio, maduro, sobre todo honesto, que circula por diversos estilos, ritmos, texturas y tesituras, donde destacan elementos como la pretensión de himno de “Revolución”, la arrastrada nostalgia melódica de “Adversidad” y, de sobre manera, la brillante inclusión de ritmos raperos y hip hop de “Organiza”, que entre el mensaje de la letra y la brillante adaptación al género invitado hace recordar al Fiskales de mediados de los noventa con ese inmortal llamado a la unidad de quienes están del mismo lado como lo es “Con nuestras manos” del recordado disco “TRAGA”.

     Volvemos a lo del inicio: tal como pasó con el "ÁNGELES CAÍDOS" en su momento, esto puede que no le guste a todo el mundo, pero da igual. Desde que no es un disco perfecto, debió cerrar con “Migra”, una canción inmensa e inmortal de la que no se hará más comentario para no arruinar la experiencia, o que en algunos versos la acentuación de las palabras está un poco forzada, pero es que junto con ser trabajo un trabajo diferente, es uno sobresaliente y que muestra la interesante capacidad de evolucionar que tiene la banda. Destaca además la gran interpretación musical y la buena calidad en su registro, pero por sobre todo eso, la muestra de una banda madura, que deja claro que sabe lo que quiere y que asume su peso específico y pergaminos, los suficientes como para alterar algo crucial en un sonido que ya habían logrado hacer reconocible y reinventarlo en algo igualmente propio e igualmente reconocible. Es poca la gente que puede ostentar eso. Bandas de punk rock, muchas menos.

Disco íntegro en YouTube