miércoles, 14 de octubre de 2015

Miguelitos – Cristo viene, apreten cuea (2012)

       Como se repite hasta el cansancio, una de las grandes formas de lograr cosas en el arte es conseguir dar con un estilo propio y característico. Es algo que requiere tiempo, trabajo y esfuerzo. Si se habla de música, implica horas y horas de ensayo en búsqueda de pulir el diamante en bruto que muchas veces se tiene entre las manos y que no consigue hacerse sonar de manera única y reconocible. No es, por tanto, algo sencillo. Por eso es tan meritorio, y singular, el caso de MIGUELITOS, banda de punk rock de Santiago de Chile, sobre todo en un género en que cuesta innovar realmente. Porque ya desde su primer disco “TERCER MUNDO” lanzado el año 2009 consiguieron sonar única y exclusivamente como suena MIGUELITOS. Combinación de varios factores, pero principalmente el talento de los músicos. Una voz característica con un fraseo muy propio, punk rock pesado y la incorporación de ciertas vetas stoner hicieron de aquel debut discográfico una placa que aparte de derrochar calidad y excelente sonido, los desmarcaba de todo lo demás que podía estar sonando entonces. Un par de años después, y luego de sacar un breve trabajo en directo titulado “SANGRE CAÓTICA I” el 2011, vuelven el 2012 con “CRISTO VIENE, APRETEN CUEA”, su última producción de estudio a la fecha, que con un burlesco título viene simplemente a capitalizar el original sonido que la banda ya había creado con su primera placa. Ahora, eso no quiere decir que sea más de lo mismo y está ahí el verdadero mérito del presente trabajo.

       El disco abre con la reversión a la conocida canción “Yo quería ser mayor”, original de Roque Narvaja, detestada por muchos, pero que en manos de MIGUELITOS toma otra significación y alcance en clave de punk rock. Un apropiadísimo comienzo para un disco que si bien repite la fórmula del debut, también está lleno de matices, cambios de ritmo y quiebres haciendo que el registro fluya sin aburrir, riesgo en el que se puede caer si se insiste demasiado en la misma fórmula. Y la banda ofrece canciones para todos los gustos. En “Sé cómo perder el tiempo” demuestran que pueden comenzar un tema con un sonido más cercano al stoner que al punk y luego transformarlo en una canción saltarina y casi rapeada sin que deje de sonar como MIGUELITOS. Crítica social directa puede verse en “Niño y patria”, una acelerada canción que plasma lo que sucede en un país que vive mirándose el ombligo y comparándose con la OCDE pero donde muchos niños sufren en la calle. “Últimas tonteras” hace alusión a cierto medio de comunicación que contribuye a la frivolización de los contenidos en los medios para aumentar la desinformación y mantener así a la gente sumisa. “Chacalísimo” es la mixtura perfecta entre punk y stoner y la banda hasta se da el gusto de levantar la bandera del uso de la bicicleta con “Furioso ciclista”. Como queda de manifiesto, la banda no tiene problemas en saltar de un ritmo a otro y pasearse por diversos temas de la contingencia haciendo del disco una mixtura de distintas cosas aliñadas con el ingrediente MIGUELITOS que le da unidad a todo.

       El disco cierra con “Por la boca muere el pez”, tal vez la canción que más se desmarca de las demás porque suena oscura, pesada, con una letra ácida, aunque hacia el final la banda vuelve a pisar el acelerador siendo un forma efectiva y correcta de cerrar el disco. Sin embargo, el punto más alto de la placa es por lejos el corte promocional. “Ahora” es una canción que aparte de ser la mejor muestra de lo que ha terminado siendo el sonido MIGUELITOS, es una pieza simplemente genial. Con la velocidad apropiada, un coro memorable, una letra que no puede ser más atingente, un solo de guitarra colocado justo y precisamente donde debía ir, se erige como una excelente demostración, primero de cómo se hace buen rock and roll, y además hacia adonde está apuntando el sonido de la banda. Se aprecia a un conjunto afiatado, empoderado y que se la cree. Aquello permea los acordes del tema y contribuyen a buena parte de su fuerza.

       Este 2015 MIGUELITOS sacó una nueva producción en directo titulada “SANGRE CAÓTICA II” que incluye un CD y un DVD de una presentación de la banda en la sala SCD de Bellavista, siendo un trabajo de excelente factura técnica y musical. Sin embargo, su último disco de estudio con temas originales ya data del 2012. Dada la inmensa calidad del mismo y lo bien encaminada que suena la banda, sería más que apropiado conocer qué dirección tomará la banda de aquí al futuro. En todo caso, por lo mostrado en “CRISTO VIENE, APRETEN CUEA” es posible especular con que serán solo decisiones acertadas.

viernes, 9 de octubre de 2015

Aroldo de Souza - Dinamitar y seguir (2015)

Por P

Las comparaciones son inevitables, y esta no será la excepción… Dinamitar y Seguir de Aroldo de Souza bien podría ser parte de la siguiente placa de Jirafa Ardiendo si es que hubiesen seguido. Lo cual no es malo, de hecho se presenta como un buen ejemplo de evolución musical y compositiva de los músicos de una banda que tuvo sus buenos momentos.

En lo que más se parecen  (y en mi caso agradezco) es en esa mezcla de elementos tomados de distintas corrientes. En el tema se identifican, sobre una base pop, muchos elementos de psocodelia, algo de jazz y hasta un poco de noise en las guitarras ruidosas que van llenando los espacios que inevitablemente se generan entre cada una de las pistas en la verdadera experiencia auditiva en que se convierte esta canción.

Y a pesar de todos estos elementos, la canción es etérea… flotante… Como para cargarla en el reproductor de música y salir a deslizarse sin rumbo entre medio de la gente un día de invierno a punto de llover, separado del suelo…Y eso es difícil… No la parte de caminar entre medio de la gente, eso es lo fácil, sino que hacer que una canción tan llena de sonidos suene como suena ésta y no sobrecargada y empalagosa (los que saben de cocina concordarán conmigo en que la respuesta al qué? Cuánto? Cuándo?Cómo?,puede marcar la diferencia entre hacer pan y hacer engrudo, por ejemplo)… Y cómo no iba a ser así, si en la masterización intervino Max Scena, que ha trabajado con Soda Stereo, Massacre, Los Pericos, etc. Bueno, eso también hace que la mano argentina se note.
Desde el punto de vista de la composición no tengo mucho que decir, menos de la calidad de la interpretación… Son profesionales, experimentados y se nota. Tanto Alejandro Pino (voz y letras), y Manuel Mendez (Música y producción), tienen por lo menos 15 años de trabajo previo. Y no son aficionados en esto de hacer canciones matizadas.

Estructuralmente es lenta, no leeeenta, pero sí lenta. En cualquier caso no le viene otro tempo (parte importante de esa sensación de estar flotando viene de eso). Una guitarra repetitiva en un arpegio disonante durante las estrofas le da un aire casi crepuscular, como si ese día de invierno fuera particulamente oscuro, aunque sin que necesariamente por la hora del día, y tampoco por el estado de ánimo.

El coro sigue en la línea incorporando, en todo caso, más y nuevas texturas musicales, lo cual aporta para llegar al clímax. Punto aparte merece, al respecto, lo inteligentemente bien construido de ese aspecto, ya que de lo contrario el tema sería algo mucho más plano y por lo tanto aburrido.
Otro aspecto que llama la atención es el uso casi instrumental de la voz  y la letra de la canción. Para gente que a la que gusta de escuchar letras le resultará un poco chocante, ya que hay que acostumbrarse a la armonía coral, a la pronunciación y al tono para entenderla, pero a otros no. En lo particular me gusta el efecto, creo que hacer más clara la letra le quitaría esa sensación etérea que tanto me gustó.


La canción se me presentó como una buena oportunidad, primero, de conocer una banda ya extinta, que tuvo sus buenos momentos y que en mi caso tuvo el buen tino de experimentar e innovar en un estilo que, para mi gusto tiende a ser monótono y que me cansa rápido al sonar todo más o menos parecido, mezclando elementos de distintos estilos musicales, y segundo, de poner en mi radar a esta banda que, más que romper y “dinamitar” lo que venía haciendo, lo evoluciona y lo pasa a otro nivel, echándolo a flotar.

Descarga la canción aquí.

miércoles, 7 de octubre de 2015

Maten al Jefe – Básico (2015)

       La propuesta de MATEN AL JEFE en su EP “BÁSICO” es un claro ejemplo de que muchas veces no quedarse en la fórmula básica y extremarla a ver si da un poco más, muchas veces en detalles, trae como resultado un trabajo todavía mucho mejor. Se menciona esto porque la propuesta musical de esta banda oriunda de Melipilla no hace nada nuevo: punk rock a la medida de Disidencia, Segismundo Toxicómano y otros exponentes similares del sonido ibérico de la segunda mitad de los 90s y los 2000s, con abundantes juegos de guitarra, armonías melódicas y baterías usualmente aceleradas. Sin embargo, los locales no se quedan sólo en emular la fórmula sino que además ponen de su cosecha para sacar del horno un EP de cinco canciones pegajosas, de buena factura, con letras ingeniosas y que resulta un agrado escuchar.

       La placa se abre con “Tal vez”, un tema que ostenta la parte más pesada de todo el trabajo, con secciones casi cercanas al metal durante las estrofas, y que se suelta en un coro potente, con una letra de un ser perdido en la vida que se cuestiona algunas cosas. Le sigue “Soldado”, una acelerada pieza de punk rock, con un interesante trabajo de guitarra, cosa característica de todo el disco, y que habla de otro pobre ser que tiene que enfrentarse a la violencia de la vida en las urbes modernas. “Muerto Vivo” suena un poco más marchosa y menos acelerada, un interesante cambio de ritmo en la mitad del trabajo, que cuenta la trágica historia, nuevamente, de un ser abandonado a tal punto que “San Pedro se hizo el loco” con él como versa la letra y que incluye un apropiado solo de slide guitar que le aporta mucha frescura a la canción. Es sólo un detalle, pero el incluirlo hace que la canción gane muchísimo.

       “Niño de bien” trae la velocidad de regreso al sonido y la letra divaga sobre lo difícil que resulta comportarse y tratar de dar con el perfil esperado a alguien con una tendencia más bien a la dispersión y las conductas erráticas. Cierra el trabajo “Fackin Ched” con una potente crítica a la gente que tiene la tendencia a admirar lo que viene de Europa y no valora su propia cultura y olvida sus orígenes. Interesante la idea, sin embargo es en esta canción donde está el punto bajo del disco: las voces que hacen los coros suenan desafinadas respecto al resto de la música. Si bien es un detalle, llama la atención en un disco que en general está muy bien interpretado.

       “BÁSICO” resulta un disco entretenido de oír y que a pesar de que no dura ni quince minutos, tiene cuerpo, sustancia y energía por montones, haciéndolo un material ideal para escuchar aplanando calles. El sonido de MATEN AL JEFE es interesante y dentro del estado actual de la escena punk local, deberían destacar tanto por la actitud plasmada en las letras como por su calidad musical indesmentible. Al menos el talento está.

lunes, 5 de octubre de 2015

Los Desechados – Orgullo Maldito de Guerra (2014)

       Se ha dicho hasta la saciedad en estas líneas que lo ideal para alguien que hace música, y cualquier arte en general, es conseguir un sonido característico que haga que la obra propia sea reconocible aún a pesar de percibirse las influencias de otros en la misma. Aquello venían dibujando ya desde “La Danza de los Marginados”, su primer disco del año 2010, LOS DESECHADOS, banda de punk rock oriunda de la ciudad de Copiapó, Chile, que a través de sus guitarras aceleradas y canciones cargada de potencia venían definiendo ya lo que termina por decantar en su sonido actual plasmado en el disco “ORGULLO MALDITO DE GUERRA” que vio la luz el 2014 y que los tiene sonando de la manera que lo hacen ahora. Lo curioso es que en su material anterior las canciones son todas muy parecidas entre sí, pero no se percibe totalmente una identidad y un sonido característico. En “ORGULLO MALDITO DE GUERRA”, en cambio, hay quiebres y matices, pero todos parecen obedecer a una idea musical única que tiñe toda la placa con un aire particular.

       El disco abre “Intro”, un semi instrumental que ya sienta las bases de lo que será el nuevo trabajo de la banda. Y es que la virtud central de su sonido, sembrada en su primer material y cosechada en el presente, está en saber amalgamar el sonido del punk rock setentero británico tradicional y el del punk ibérico de los ochentas, principales pivotes que la escena local de punk rock local suele recoger como influencia. Lo que hacen LOS DESECHADOS es tomar ambas vertientes y redefinirlas en un sonido a la medida de ell@s mism@s. Puede apreciarse en la sentida “Cristales Rotos”, en la burlesca “Paxanga Obrera” que dice unas cuantas verdades sobre la vida de la clase trabajadora, en “Puta Realidad” y sobre todo en “Tukarpaka”, una canción en donde hay un apropiadísimo relevo a la voz cantante principal y que podría tomarse como la tarjeta de presentación de la banda. Si hay una manera de mostrar cómo es el sonido de LOS DESECHADOS es con este corte. Una maravillosa pieza de punk rock y actitud, pegajosa y con pasta de sencillo promocional.

       Sin embargo, como se reparaba, el disco es rico en quiebres y matices tanto de sonoridad como de ritmo. “Vertedero”, canción que dispara directo contra el Vaticano y el fanatismo religioso, tiene un inicio lento, oscuro, casi arrastrado, que repentinamente una acelerada línea de bajo es la encargada de acelerar. Una pieza que sumerge a la banda en otras sonoridades pero que a la vez reafirma la idea de un sonido propio en donde esto también forma parte del mismo. “No U.S.A”, canción cuya temática resulta fácil adivinar, también suena innovadora por el espiral riff con el que comienza y la forma en la que está construida la pirámide de guitarras que van armando la pieza. Sin embargo, es la canción que cierra el disco donde se ve de mejor manera el avance y crecimiento de la banda. “Carta suicida” es un tema oscuro, con unas letras que recuerdan al BBS Paranoicos de la época del “Fábricas Mágicas”, de ritmo acelerado y que exuda angustia. Es aquí donde el tándem de guitarras muestra sus momentos más brillantes y que van pavimentando el camino hacia el clímax de la canción en donde entran los juegos de voces consiguiendo un crescendo sencillamente espectacular y dramático que finalmente termina por desvanecerse en un fadeout que se pierde en el viento. Memorable.

       En cerca de treinta minutos y doce canciones, diez propias y dos referidas a la banda Acércate Muerto, LOS DESECHADOS demuestran que ni la distancia con la capital ni las dificultades que muchas veces coloca ser parte de la escena under son impedimento para hacer un trabajo serio y bien planteado. Una recurrente discusión en el mundo del punk rock gira en torno a si importa o no sonar bien. Muchos creen que no. Que la desprolijidad es parte del asunto. Sin embargo, muchas veces esa desprolijidad no es un manifiesto de algo, no forma parte del ideario y no se dice nada con ella, sino que simplemente obedece a mediocridad. Prueba de ello son trabajos como estos que, de manera completamente autogestionada, salen a luchar de igual a igual en términos de calidad musical y sonora con otros proyectos financiados por entes externos. El resultado salta a la vista. Se puede estar fuera del sistema y a la vez hacer las cosas bien. Gracias a LOS DESECHADOS y su maldito orgullo de guerra por recordárnoslo. 

Descarga el disco aquí.

viernes, 2 de octubre de 2015

Los Makana – Callejones (2015)

       Las influencias son algo natural al momento de hacer música y cualquier forma de arte. Es un hecho que, sobre todo cuando se está comenzando, suelen ser los referentes el método de inspiración para crear las primeras obras y luego, ojalá, encontrar un estilo propio. Lo complicado del proceso es que siempre está el riesgo de dejarse estar demasiado y finalmente terminar sonando como una copia. Afortunadamente, no es lo que sucede con LOS MAKANA, banda local que este año lanza su segundo disco “CALLEJONES”, que se autodefinen como una banda de hard rock con influencias de otros géneros. Y las influencias están y se nota a lo largo de todo el material. Está todo: puede percibirse a Led Zeppelin, AC/DC, trazas de glam rock a lo Poison, algo del sonido de La Renga, dejos a Ugly Kid Joe y sobre todo Guns and Roses, tanto el de “Appetite for Destruction” como el de “Use your Ilusion”. Sin embargo, la banda suena empoderada y consigue darle un sello propio a uno de los géneros más referidos y practicados como lo es el rock puro y duro.

       La placa abre con “Nada nos detiene”, una canción que huele, hiede y hasta apesta a AC/DC, pero que aún así tiene los suficientes méritos para desmarcarse y trazar su propio camino. Apropiado inicio, con una letra cargada de entusiasmo ante la vida cosa que es una tónica en toda la placa, para casi cuarenta minutos de rock energético y de buena factura, que entretiene, gusta y mantiene al auditor con ganas de más. Ayuda en esto el que la banda no se amarra a un único tipo de ritmo, tentación en la que resulta fácil caer cuando se hace este tipo de música, y las distintas canciones van pasando a distintas velocidades lo que le agrega una riqueza que sólo hace más atractivo el trabajo. A la ya mencionada “Nada nos detiene” en clave de rock de manual se suman piezas como “Dejar de pensar” con un ritmo más saltarín y que recuerda en cierta forma a The Black Crowes, “Días” que incluso rememora de manera lejana a las cosas más luminosas del rock de los noventas y con una letra que apunta a la parranda sin fin, qué cosa más recurrente en el género, o “Que me lleve el tren” que pisa el acelerador y cierra el material con una pieza ideal para seguir el ritmo con el pie y que recuerda en cierta forma a clásicos de glitter glam como podría serlo un “Ballroom Blitz”. Y como no podía faltar, también hay momentos para ponerse algo más acústicos y melancólicos con canciones como “En el olvido” y “Fin de mes”, aunque esta última en menor medida. Es esta riqueza de estilos y formas la que hace “CALLEJONES” un disco que escapa de la monotonía que puede darse si no se sabe reinventar bien del género.

       En el aspecto técnico el material es impecable. Destaca el nivel de producción empleado en la grabación y mezcla del disco que hace que suene equilibrado y en su justo punto, pero también la calidad interpretativa de los músicos. La voz es agradable y delicada, pero a la vez potente y con la fuerza apropiada, cosa que contribuye a darle un sello propio a las canciones. Además, destaca el trabajo de las guitarras que aportan riffs y solos que solo enriquecen el resultado final. Se trata de un disco bien pensado, correctamente ejecutado y apropiadamente ordenado ya que mantiene la fuerza de principio a fin, no tiene puntos muertos y fluye de manera natural.

       “CALLEJONES” es el segundo disco de LOS MAKANA que sucede a “AL HUESO” del año 2013 y no ha sido sino mejorar el buen trabajo que ya venían mostrando en dicha placa. Se aprecia una banda afiatada, que se siente cómoda en lo que hace y que ofrece una proyección favorable para hacerse un nombre entre los variados proyectos del género que existen en la escena local. “CALLEJONES” es un disco que cualquier amante del rock debería escuchar y uno al que los no tan asiduos a dicho estilo podrían acercarse sin temor a salir decepcionados luego de su escucha.

jueves, 1 de octubre de 2015

Sin Lencería – Entre Medias y Bocas (2013)

Una de las cosas importantes cuando se hace lo que sea es tener clara la dirección en la que se va. Aquello, además de simplificar de sobremanera el proceso, hace que el resultado final siempre tenga ese plus que entrega el empoderamiento de saber qué es lo que se quiere hacer, cómo se quiere hacerlo y que determina que la manera en que finalmente se hace sea la apropiada. Aplica a la composición de una sinfonía o a “ENTRE MEDIAS Y BOCAS”, primer demo de esta banda de tres mujeres músicos de Santiago de Chile como lo es SIN LENCERÍA que viene en funcionamiento desde fines de 2011 y que luego de algunos ajustes y cambios en la formación, finalmente se han afianzado finalmente como una banda de punk rock femenino a la medida de Babes in Toyland, Lunachicks y similares referentes. Y si bien la banda tiene una existencia relativamente breve, en ese poco tiempo han sabido canalizar sus energías de una manera clara y decidida y resulta de manifiesto que cuando las tres músicos se cuelgan los instrumentos, saben lo que quieren lograr.

La banda opta por un estilo musical filoso y acelerado en clave de punk rock ruidoso, aunque también con guiños a los noventas y el riot grrrl y ciertas vetas de sonido garaje y en apenas cinco canciones dejan clara tanto su declaración de principios a través de letras directas pero libres tanto de cursilería como de vulgaridad, lo que potencia y amplifica todavía más el mensaje que quiere ser entregado, como su propuesta en lo musical. Las temáticas feministas están presentes a lo largo de todo el trabajo y quedan de manifiesto ya desde la primera canción, “Ándate a la mierda”, una potente bandera erigida desde el orgullo de no ser la cualquiera de nadie para luego mandar al espécimen de turno adonde enfáticamente menciona el título de la canción. Aunque también hay espacio para el amor, y más específicamente sexo, como puede apreciarse en “Revolcarme” donde hay una sincera y directa declaración hacia otra persona, aunque apropiada e inteligentemente desprovista de contenido heteronormativo, dejando el asunto en simple deseo, lo que la hace desmarcarse de canciones que pueden hablar lo mismo evitando así lugares comunes. Punto para la banda por eso. La rabia y la indiferencia también se tocan en “No me importa”, la canción que está más cercana a un punk rock más de manual, casi ramonero, pero que tampoco se desprende de los atavíos noventeros y propios del ya mencionado movimiento riot grrrl. Y no es que eso sea un defecto ya que le da un sabor a trabajo autoral, propio y reconocible, cosa que tratándose de el primer demo de una banda con apenas cinco años no es menor. 

El punto más alto de la placa es “Plástica”, un verdadero estandarte de lucha en contra del machismo, el patriarcado y la cosificación del cuerpo de la mujer, problemas tan vigentes como pasados por alto por muchos a los que esto les conviene que sea así. El ritmo de la canción, más arrastrado y lánguido pero apropiadísimo para la temática, exuda rabia y carga todavía más el aura de la canción que revienta en un coro absolutamente memorable, digno de gritarse a todo pulmón, y que opera igualmente como crítica al estado actual de cosas que beneficia a los hombres, pero también a las mujeres que han sido cómplices de que esto haya terminado así. El único pero, y esto puede ser un tema opinable, es el solo de guitarra disonante que se incorpora hacia el final de la pieza. Por el tipo de música que realiza la banda, algo así resulta coherente, pero en cierta rompe la emotividad del momento. La última canción, “Paco”, tampoco resulta tan convincente por la manera en que es planteada la protesta. Y no es que la canción sea mala, pero habiendo escuchado el resto de la placa queda claro que la banda puede dar mucho más.

En tan sólo once minutos y fracción SIN LENCERÍA muestra sus credenciales y en cierta forma sorprende con una propuesta que de novedoso no tiene nada, ¿qué es novedoso a estas alturas?, pero que sabe ponerle su propio sello autoral a algo que se viene haciendo hace mucho y por mucha gente. Las músicos no son ningunas virtuosas, pero no necesitan serlo ya que la propuesta musical planteada se satisface absolutamente con lo ofrecido y, mención necesaria, las voces de quienes se encargan de cantar no podrían ser más apropiadas para el estilo musical. “ENTRE MEDIAS Y BOCAS” sin duda es un interesante entremés del trabajo de SIN LENCERÍA y deja abierto el apetito para todo lo demás que puedan ofrecer.