lunes, 19 de junio de 2017

Obssesion – "Armageddon" (2017)

       “Menos es más” es un expresión acuñada por Ludwig Mies van der Rohe, arquitecto alemán, representante de la escuela Bauhaus. Y si bien su sentido se aplica de manera más que patente a la corriente arquitectónica, puede también hacerse en muchos otros ámbitos y la música no es excepción. Prueba de ello es “ARMAGEDDON”, el más reciente trabajo de la banda OBSESSION, oriunda de Copiapó, lanzado a principios de 2017 y que si bien cultiva un género asociado a cierta complejidad técnica como es el metal, consiguen una identidad sonora y ofrecen un producto de buena factura apelando a la simpleza y la crudeza más que a la elaboración excesiva.

       El trabajo está integrado por ocho canciones y desde la primera, “Armageddon”, la fórmula queda clara. Se trata de un metal bastante clásico en términos de su ubicación en el marco de los subgéneros, con guitarras pesadas, baterías machacantes y ritmos acelerados, matizados por quiebres de batería y secciones más arrastradas. El parentesco con el punk a momentos resulta evidente y hace recordar, con cierta nostalgia incluso, jornadas en los últimos años de la dictadura en que punks, metaleros y demás excluidos debían compartir espacio porque de otra forma no era posible. Se desconoce si aquello habrá sido una idea preconcebida por parte de la banda al crear su sonido, pero sin duda le da un toque clásico que tiñe todo el material.

       “Bastardo” es la mejor canción del disco y resulta la muestra más patente de lo que propone la banda. Hay ritmos marchosos y cercanos al punk rock, quiebres, cambios de velocidad y un solo de guitarra que sin ser ostentoso, recoge de manera más que apropiada el espíritu ochentero y clásico en el que se enmarca el sonido de OBSESSION. “Ello… Mi pesadilla eterna” también es interesante, siendo una pieza pesada y lenta, intercalando pasajes oscuros y más acústicos con estallidos de distorsión y rabia. También destacan “Batallar hasta el fin” y “Purgatorio Interior”, que cierra la placa con sobre seis minutos de guitarras rugientes, baterías que oscilan entre el furor y la languidez y tantos otros solos de guitarra bien ejecutados, pero con ese filo callejero que hace que suenen más creíbles que cualquier otro salido de una escuela de música. El único punto bajo del disco está en la voz principal, que si bien no suena mal, podría trabajarse un poco más para obtener registros algo más expresivos, y las letras, que a menudo resultan más ambiguas que enigmáticas y a momentos no están a la altura del trabajo instrumental, aunque, al igual que con la voz, son todos temas subsanables y en caso alguno le restan calidad al trabajo.

       Muchas veces las bandas se complican por no ser capaces de encontrar un sonido que les identifique, y así pueden pasar horas en discusiones bizantinas sobre qué poner, dónde y cómo. Sin embargo, en muchos casos la respuesta puede estar en tomar la dirección precisamente opuesta y simplificar las cosas, llevándolas al origen del concepto y así obtener un material más cargado de sangre, entrañas y alma, algo que siempre será mejor que sobreproducciones en donde al final entre tantas capas, detalles y elementos, cualquier idea medianamente original queda sepultada de manera irremisible. La gente de OBSESSION entendió eso a la perfección y así pasa a engrosar la lista de ejemplos en que la frase del arquitecto alemán cobra un absoluto sentido. El mérito está en que parece fácil, pero no lo es en realidad.

Link de descarga gratuita del disco.