No
es infrecuente que en las artes, y en todos los aspectos de la vida, aparezcan
productos que son universalmente considerados como de dudosa calidad, pero que
consiguen éxito masivo, incluso a nivel mundial, y que producen los igualmente
no infrecuentes cuestionamientos de por qué pasó algo así. Usualmente su
destino es ser rápidamente devorados por el olvido de este mundo actual regido
por la inmediatez, salvo algunas excepciones que se escapan de la regla solo
para confirmarla. Pero paralelamente a eso, también se da el caso
diametralmente inverso: gente que realiza un trabajo de gran calidad, pero que
por distintos motivos, a veces incluso decisiones personales de que así sea, no
consiguen llegar a públicos masivos, a grandes audiencias y dejan la sensación
de que no existe una correlación apropiada entre el buen trabajo y la respuesta
al mismo. Uno de esos casos podría ser A SANGRE FRÍA, que con una trayectoria
que comienza por el año 2002, y con ya dos discos editados de manera
independiente antes de la aparición del presente material, se muestran como una
banda con un sonido depurado, claro y ya definido, con una impronta distintiva
más que presente en su obra y que dan la sensación de que su material debiese
tener un público más masivo del que pueda tener actualmente. Luego de la
escucha de su más reciente material, aquella sensación solo se intensifica.
“SI
AÚN PUEDES RESPIRAR” es el tercer disco de la banda y a estas alturas se nota
que nadie está improvisando, que se sabe bien lo que se está haciendo y que el
sonido buscado es el que finalmente se consigue en la mezcla final. En nueve
canciones, el disco fluye acelerado, colorido y pulcro en la ejecución, tal y
como se puede ver en sus dos discos anteriores, “”DISPAROS” (2008) y “DONDE
HABITA EL OLVIDO” (2011), pero llevando la fórmula a un estado todavía
superior. Porque decir que A SANGRE FRÍA hace punk rock sería ser injusto y
simplificar demasiado lo que ofrece en su sonido. Así, en el material, se
permean las influencias de los músicos que van, en efecto, desde el punk rock
más clásico, pero también recogiendo al de otros géneros llegando incluso a
percibirse ciertas trazas de metal o rock más clásico. Sin embargo, ahí está
una de los grandes aciertos del disco: suena a A SANGRE FRÍA, con los elementos
ya reconocibles de la banda y que venían cimentando en los trabajos anteriores.
El recurrente uso del pedal de ataque en la guitarra, las estructuras de
acordes, ciertos juegos vocales y la apropiadísima voz principal son marcas
registradas que se aplican en cada uno de los tracks haciendo que suenen de una
manera reconocible y, lo mejor, en donde cada canción parece ser un universo
independiente, con ansias de transcendencia y vocación de himno. En algunos
casos resulta mejor que en otros, pero la idea está.
El
disco abre con la potente “Dónde está?” que marca la pauta sobre cómo fluirá
todo el ejercicio. Con una potente base rítmica de batería y bajo sobre la cual
los juegos de guitarras construyen la línea melódica que terminan de coronar
las voces, con letras que hablan sobre lo existencial y el amor, pero sin dejar
fuera sentimientos como la rabia y la rebeldía, que son los grandes
acercamientos que tiene la banda con el punk. Otros puntos altos los
constituyen la brillante “Con reproches” que avanza como un compacto bloque
sonoro que aplasta lo que se le cruce, “Próxima estación” que aporta cierta
cuota de dramatismo, necesario por cierto, “Desapareces”, una de las canciones
en donde mejor se aprecia el sonido propio de la banda, y “En mi ataúd” que con
una letra que se mueve entre el desencanto y la resiliencia, aporta con
quiebres y matices en canciones que suelen avanzar todas en un tempo más o
menos parejo. En menos de media hora, “SI AÚN PUEDES RESPIRAR” se oye fluido y
bien pensado, con un apropiado orden en las canciones y parejo en todo sentido,
siendo tal vez uno de los pocos defectos del material, solo por hacer el
ejercicio de buscárselos, la manera en que suena la caja de la batería, aunque
eso podría ser hilar demasiado fino y, además, es más un tema propio de la
mezcla y post producción y en caso alguno obedece a un defecto compositivo o
interpretativo de los músicos.
A
SANGRE FRÍA sigue firme en sus convicciones respecto a cómo quieren los músicos
integrantes que suenen sus canciones. Siguen operando bajo la misma ecuación y
eso hace que su sonido pueda identificarse, sobre todo si se hace el ejercicio
de retrospección hacia sus anteriores trabajos, pero tampoco se han quedado
solo en eso y han ido puliendo y mejorando aquello que ya hacían bien para
entregar el que hasta ahora es su mejor material. Si la tendencia se mantiene,
los siguientes trabajos que la banda pueda registrar se erigen solo como
auspiciosos augurios de una agrupación que debiese tener una acogida mucho
mayor de la que hasta el momento ha tenido. Naturalmente, no forzando al
público a escuchar cierta música sólo porque es chilena mediante leyes que
fuerzan la programación radial, pero sí invitando a fijarse en trabajos como
estos. Si de algo sirve la presente reseña y genera interés, la invitación está
hecha.
Perfil de bandcamp de la banda
Sitio de reseñas de discos para dar a conocer todo ese material musical que se mueve bajo la cáscara de los mismos de siempre.Por Andrés Valenzuela. Comentarios y envío de material a andresvalenzuelaprof@gmail.com
domingo, 27 de diciembre de 2015
martes, 22 de diciembre de 2015
Paranoia - Plansantiago (2015)
PARAONIA
es un nombre de cierto peso específico dentro de la escena punk rock chilena
que remonta sus sonidos a la primera mitad de la década del dos mil. Su sonido
acelerado, ramonesco aunque con ciertas vetas melódicas, sus interesantes juegos
de guitarra y unas armonías vocales características hacen que posea una especie
de marca distintiva que les ha hecho acreedores del mencionado renombre en los
círculos under y que por tanto vuelve aún más interesante el hecho de recibir
un nuevo material de la banda. Sobre todo porque PARANOIA no es una banda de la
que resulte fácil encontrar material, incluso en el océano de contenidos que
desde hace ya varios años se ha transformado internet. Basta con realizar un
par de búsquedas y las respuestas que se pueden encontrar serán muchos links de
descarga rotos y escasas referencias a tocatas de hace ya varios años atrás.
Por eso, recibir algo nuevo de PARANOIA es algo, en particular, atractivo.
“PLANSANTIAGO”
es el nombre del breve material compuesto de cuatro canciones más un track final
de un registro en directo que, desde la sola mención a su título ya deja
entrever un poco las características de las canciones y los conceptos tras las
mismas. Porque se trata de piezas breves, potentes, directas y con temáticas
sencillas y cotidianas, pero no por eso menos relevantes. O terribles. Porque
lo primero que cabe comentar sobre la placa es su primera pista, la que da el
título al material. “Plansantiago” es una canción con una temática que
inicialmente se muestra como evidente, el desastroso sistema de transporte
público de Santiago de Chile, pero que luego comienza a evolucionar y a abarcar
más temas y hacerse más amplio en su alcance hasta llegar a hacerse preguntar
al protagonista de la sufrida letra qué de todo lo terrible que sucede
actualmente es lo que le genera “ganas de matar”. La obra es un ataque directo
a la clase política, representada en particular por la figura de la actual
presidenta, algunos de sus ministros e incluso su hijo que fue protagonista de
un bullado escándalo aun no aclarado y que todavía tiene repercusiones, pero a
la vez es una declaración de principios del ciudadano de a pie que ve con
frustración cómo la vida se le va, nada puede hacer para evitarlo y los
responsables los tiene bien identificados, pero se ven lejanos e impunes, todo
con el “Chile, la alegría ya viene” que todo el mundo conoce bien, como un
deformado telón de fondo. Una joya.
Las
demás canciones del material, “Como quiero”, “Deicidio” y “Maestría”, siguen
más o menos el hilo de la canción principal, no desentonan en el estilo mismo
de PARANOIA ni tampoco son en realidad un bajón de calidad con respecto a cómo
inicia la placa. Sin embargo, este es tal vez el principal punto flaco del
disco: no queda claro si es un Extended Play (EP), un single con más material
de soporte que el de costumbre o un mero adelanto de canciones sin una ilación
concreta. Porque luego que transcurren las cuatro pistas, aparece la quinta
canción con el registro en directo y la orientación en la que iba el trabajo,
de haber existido, se pierde. No es que sea un mal registro, la calidad es
aceptable y como tal funciona, pero no se comprende la decisión de incluirlo,
mucho menos luego de las primeras cuatro canciones de estudio que sonaban más
que prometedoras. Puede haber habido, tal vez, cierto apresuramiento a mostrar
material nuevo y no esperar a registrar el suficiente como para poder hablar de
un disco propiamente tal, o la idea puede haber sido mostrar lo que se tenía a
mano y esto era todo lo que había. Al momento de estarse escribiendo esta
reseña no se cuenta con dicha información y solo se puede dar una opinión luego
de su escucha: material que iba bien encaminado, pero a medio camino, nunca
mejor dicho, quedó truncado y dejando cierta sensación de confusión sobre lo
que se quiso hacer.
Sin
embargo, más allá de lo anteriormente expuesto, y tal vez sería bueno conocer qué
tiene que decir la banda al respecto, PARANOIA sigue sonando a lo que tiene
acostumbrado: canciones simples, rápidas, pegajosas, pero que tienen la
capacidad de brillar e incluso trascender, siendo las mejores evidencias de una
banda con un sonido propio, con una confianza suficientemente afianzada para
mantenerlo en el tiempo y para dejar entrever que la evidente influencia de la
escena argentina de los noventas se percibe, pero la banda solo bebe de ella y
no se limita a replicarla. En cambio, aporta de lo suyo y reinventa los
presupuestos para ponerlos a su favor. Es en eso donde radica la presencia de
una banda hecha y derecha, madura y que está para seguir mostrando grandes
cosas.
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