jueves, 4 de junio de 2020

Bala Loka – “La Balanza” (2020)

Cambiar en una banda siempre viene bien, sobre todo cuando hay sobrante y por tanto hay que saber cuándo sacar grasa. Y esto lo ha leído muy bien la agrupación local BALA LOKA, que de un auspicioso debut, con su primer disco “ORGULLO, HONOR Y RESISTENCIA”, pasaron de ser una banda punk con canciones algo extensas, pero auspiciosas, a ser una banda punk, afiatada, enfocada y con la vista muy bien puesta en lo que buscaban.

Aquel disco debut, por allá por el año 2012, sorprendió con épicas piezas de extensa duración, para el género al menos, y con un correcto uso del lenguaje y estructuras musicales innovadoras. Ahora, con “LA BALANZA” reafirman su propuesta desde una perspectiva más madura, aunque con un concepto claro, como son los acontecimientos ocurridos en Chile desde octubre de 2019. Podría incluso decirse que es un disco conceptual, aunque la banda consigue sonoridades y tonos diferentes para cada canción, cosa que, si bien ni obstan al carácter conceptual del disco, las temáticas son contestes, permiten ver texturas sonoras disímiles, y no por eso menos interesantes.

La placa abre con el corte promocional del disco, “Ley”, que es puro punk rock que define la temática principal del disco. Desde entonces se perciben las influencias de la banda, muy a la medida de los DISIDENCIA, agrupación europea que sabe mezclar los juegos de guitarra, un bajo atingente a aquellos jugueteos y una batería muy técnica. BALA LOKA sabe emular aquella propuesta, pero además imprimiendo un sello personal, lo que se agradece, ya que “LA BALANZA” no es ninguna copia, y en cambio, plantea una propuesta musical con sello autoral y que abre una nueva ventana al punk rock local, influenciado de las referencias de siempre, pero, como puede pasar en el género si se hace sin cuidado, puede terminar sonando a cosas que ya se han hecho antes. BALA LOKA sortea el punto con talento, y reinventándose en su propia propuesta, salen airosos del desafío de lo que implica un segundo disco. Destacan canciones memorables como “Caras”, donde el bajo se roba la película desde el comienzo, la rabiosa “No es una fiesta” y “Sicario”. La propuesta es singular, pero sigue siendo punk rock de aquellos.

BALA LOKA se podría decir que comenzó un poco al revés. Haciendo canciones de cinco minutos en un género, el punk, que busca más inmediatez y dos minutos o tres como mucho en sus canciones. Entre medio hubo un EP y ahora vuelven con “LA BALANZA”, que es rock directo, breve y al mentón. Qué más punk que eso.

lunes, 23 de marzo de 2020

Sondei – Metamizol (2019)

“Vamos a necesitar buena música”. La frase se coloca entre comillas para dar contexto al momento en que se realiza esta reseña. El mundo atraviesa por una pandemia en donde un virus ha asolado prácticamente a todo el planeta, contagiando a muchos miles de seres humanos, y por desgracia, también matando a tantos otros miles. Cuando después todo haya pasado y esto no sea más que un recuerdo del que aprender, leer esta introducción será precisamente parte de ese recordatorio: la música nos hace más llevaderos los momentos complejos. Y al repasar este material, eso queda de manifiesto. Porque la escucha de “METAMIZOL” de SONDEI puede hacer que un mal momento sea algo más llevadero, gracias al elegante sonido pop rock acústico, interpretado con una particular sensibilidad, lo que tiñe al material de un aura especial, más que apropiada para situaciones como la que se describe.

Entrando en materia, “METAMIZOL” es el breve debut musical de SONDEI, anteriormente denominado DÍA DE SOL, proyecto solista que también funciona como banda, en propias palabras del músico detrás del mismo, Cristián Arroyo. El cantautor, como se decía, ofrece una propuesta de pop rock acústico y es oriundo de Concepción, algo que se le nota. Primero, porque el material es de una altísima calidad en todo sentido, desde el nivel compositivo hasta la brillante ejecución y producción, ¿qué comerán o respirarán en Concepción que son tan buenos para hacer música?, y porque también resultan visibles las influencias de grandes nombres salidos de aquella ciudad, nombres como LOS BUNKERS y, por supuesto, LOS TRES. Hay un sello autoral propio, cosa notable en un trabajo debut, lo que demuestra que el artista tras la propuesta tiene cierto bagaje musical, pero no puede dejar de sonar como un disco penquista, con todo lo que eso implica, cuestión que solo contribuye a darle mayor valor agregado al trabajo, un orgullo más de la sureña ciudad cuna de una parte importante de la buena música de estos lados en el último tiempo.

Se trata de un trabajo de cinco canciones que inicia con “Los que luchan”, donde ya el influjo Concepción se hace presente. Con una letra denunciando graves injusticias sociales, la canción avanza en una progresión de acordes que recuerda al “Déjate Caer” de LOS TRES y cuando todo parece ir en ese sentido, una guitarra que perfectamente pudo ser de alguno de los hermanos Durán de LOS BUNKERS amalgama las melodías en una canción elegante y con contenido, punto más alto del disco y con pasta de corte promocional. Le sigue “Jony”, una dulce balada que si bien incurre en una estructura de acordes algo trillada, la elegante letra y la pasión de la voz cantante, junto a unos cuidados arreglos, la hacen salir airosa de un trámite que en manos más inexpertas devendría en algo predecible y olvidable. Otro punto alto es “Que no callen tus sueños”, que con una marchosa base rítmica de bajo y batería como soporte, construye elegantes juegos de guitarra acústica hasta llegar a un coro que recuerda a “Que no destrocen tu vida” de LOS PRISIONEROS, aunque con un toque muy autoral y propio. Cierra la placa “Caminar hacia adentro”, una lánguida canción colmada de introspección y nostalgia, con una larga salida instrumental, etérea y cándida, pero también triste y melancólica, apropiado punto de término a un disco que en poco más de diez minutos consigue mostrar las credenciales artísticas del proyecto.

Son tiempos extraños los que corren al momento en que esta reseña es realizada. Porque las sensaciones no son las mejores, y afloran miedos, incertidumbres y angustias por no saber qué es lo que vendrá. Sin embargo, con piezas como “METAMIZOL” de SONDEI se puede llegar a pasar un momento agradable, con letras que de igual manera critican lo que debe ser criticado y ensalzan con belleza lo que vale la pena. Porque siempre hay cosas que valdrán la pena, aunque a momentos parezca que no. Este trabajo es más que recomendado para volver a experimentar eso en días complejos. Como se anunciaba, vamos a necesitar buena música; lo bueno es que sigue habiéndola.