martes, 22 de diciembre de 2015

Paranoia - Plansantiago (2015)

     PARAONIA es un nombre de cierto peso específico dentro de la escena punk rock chilena que remonta sus sonidos a la primera mitad de la década del dos mil. Su sonido acelerado, ramonesco aunque con ciertas vetas melódicas, sus interesantes juegos de guitarra y unas armonías vocales características hacen que posea una especie de marca distintiva que les ha hecho acreedores del mencionado renombre en los círculos under y que por tanto vuelve aún más interesante el hecho de recibir un nuevo material de la banda. Sobre todo porque PARANOIA no es una banda de la que resulte fácil encontrar material, incluso en el océano de contenidos que desde hace ya varios años se ha transformado internet. Basta con realizar un par de búsquedas y las respuestas que se pueden encontrar serán muchos links de descarga rotos y escasas referencias a tocatas de hace ya varios años atrás. Por eso, recibir algo nuevo de PARANOIA es algo, en particular, atractivo.

     “PLANSANTIAGO” es el nombre del breve material compuesto de cuatro canciones más un track final de un registro en directo que, desde la sola mención a su título ya deja entrever un poco las características de las canciones y los conceptos tras las mismas. Porque se trata de piezas breves, potentes, directas y con temáticas sencillas y cotidianas, pero no por eso menos relevantes. O terribles. Porque lo primero que cabe comentar sobre la placa es su primera pista, la que da el título al material. “Plansantiago” es una canción con una temática que inicialmente se muestra como evidente, el desastroso sistema de transporte público de Santiago de Chile, pero que luego comienza a evolucionar y a abarcar más temas y hacerse más amplio en su alcance hasta llegar a hacerse preguntar al protagonista de la sufrida letra qué de todo lo terrible que sucede actualmente es lo que le genera “ganas de matar”. La obra es un ataque directo a la clase política, representada en particular por la figura de la actual presidenta, algunos de sus ministros e incluso su hijo que fue protagonista de un bullado escándalo aun no aclarado y que todavía tiene repercusiones, pero a la vez es una declaración de principios del ciudadano de a pie que ve con frustración cómo la vida se le va, nada puede hacer para evitarlo y los responsables los tiene bien identificados, pero se ven lejanos e impunes, todo con el “Chile, la alegría ya viene” que todo el mundo conoce bien, como un deformado telón de fondo. Una joya.

     Las demás canciones del material, “Como quiero”, “Deicidio” y “Maestría”, siguen más o menos el hilo de la canción principal, no desentonan en el estilo mismo de PARANOIA ni tampoco son en realidad un bajón de calidad con respecto a cómo inicia la placa. Sin embargo, este es tal vez el principal punto flaco del disco: no queda claro si es un Extended Play (EP), un single con más material de soporte que el de costumbre o un mero adelanto de canciones sin una ilación concreta. Porque luego que transcurren las cuatro pistas, aparece la quinta canción con el registro en directo y la orientación en la que iba el trabajo, de haber existido, se pierde. No es que sea un mal registro, la calidad es aceptable y como tal funciona, pero no se comprende la decisión de incluirlo, mucho menos luego de las primeras cuatro canciones de estudio que sonaban más que prometedoras. Puede haber habido, tal vez, cierto apresuramiento a mostrar material nuevo y no esperar a registrar el suficiente como para poder hablar de un disco propiamente tal, o la idea puede haber sido mostrar lo que se tenía a mano y esto era todo lo que había. Al momento de estarse escribiendo esta reseña no se cuenta con dicha información y solo se puede dar una opinión luego de su escucha: material que iba bien encaminado, pero a medio camino, nunca mejor dicho, quedó truncado y dejando cierta sensación de confusión sobre lo que se quiso hacer.

     Sin embargo, más allá de lo anteriormente expuesto, y tal vez sería bueno conocer qué tiene que decir la banda al respecto, PARANOIA sigue sonando a lo que tiene acostumbrado: canciones simples, rápidas, pegajosas, pero que tienen la capacidad de brillar e incluso trascender, siendo las mejores evidencias de una banda con un sonido propio, con una confianza suficientemente afianzada para mantenerlo en el tiempo y para dejar entrever que la evidente influencia de la escena argentina de los noventas se percibe, pero la banda solo bebe de ella y no se limita a replicarla. En cambio, aporta de lo suyo y reinventa los presupuestos para ponerlos a su favor. Es en eso donde radica la presencia de una banda hecha y derecha, madura y que está para seguir mostrando grandes cosas.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario